Ayuda básica para las religiosas en Ucrania

Entre los muchos perjudicados por estos problemas se encuentran las comunidades religiosas, sobre todo en Ucrania. Entre los afectados están las 138 religiosas de las 22 diferentes comunidades religiosas de la diócesis de Kiev y Zhytomyr. Normalmente, las comunidades no necesitan apoyo para su vida y su ministerio, pero ahora se enfrentan a una situación muy diferente.

Muchas de estas hermanas estarían normalmente ayudando a los sacerdotes en las parroquias, preparando a niños y adultos para la recepción de los sacramentos, trabajando como sacristanes y en las muchas otras tareas y deberes que requiere el trabajo parroquial. Normalmente, las parroquias podían pagar a las Hermanas por este trabajo, pero los efectos de la pandemia lo han hecho imposible. Muchos feligreses se mantienen alejados de la iglesia por miedo al virus y, en consecuencia, las colectas de la iglesia han disminuido drásticamente, siendo las parroquias más pequeñas las más afectadas.

Algunas de estas congregaciones también dirigen residencias para niñas y jóvenes, y muchas de las hermanas trabajan también en hospitales, orfanatos y jardines de infancia, pero la difícil situación económica ha hecho que las hermanas ya no reciban remuneración por este trabajo. Al mismo tiempo, cada vez más personas llaman a las puertas del convento en busca de ayuda.

Las Hermanas comparten lo poco que tienen con quienes tienen aún menos que ellas. Otros acuden en busca de consejo, apoyo o simplemente de un oído comprensivo, dispuesto a escuchar sus temores y preocupaciones sobre sus propias y muy difíciles situaciones vitales. Muchos vienen también pidiendo a las Hermanas sus oraciones.

Lamentablemente, muchas de las hermanas fueron víctimas del Covid-19, y algunas siguen sufriendo las consecuencias hasta el día de hoy. El tratamiento médico en Ucrania puede ser costoso, y luego están los gastos habituales de sus conventos: calefacción, mantenimiento y todos los demás gastos que siempre fueron un reto incluso antes de la pandemia. El resultado es que estas 138 religiosas necesitan ayuda urgente para sobrevivir y poder ayudar a otros.

La hermana Renata Nuckowska, de la comisión diocesana para las órdenes religiosas, nos escribe “La pandemia ha traído consigo una gran incertidumbre, ansiedad, miedo e inseguridad que ha afectado no solo al mundo que nos rodea sino también a nuestras comunidades. Nuestras Hermanas rezan diariamente el Rosario por el fin de la pandemia y son constantes en su adoración eucarística ante el Señor. Obtienen las gracias sobre todo de la Eucaristía”.

Proponemos una contribución de $78.900 dólares para apoyar a estas 138 Hermanas de las 22 diferentes congregaciones en su esfuerzo por llevar a cabo su fiel servicio a Dios y al prójimo en medio de la pandemia.

¿Te unes a la ayuda para financiar el trabajo de estas religiosas en Ucrania?

Como nos recordó la hermana Renata, “también recordamos en nuestras oraciones a todos nuestros benefactores que han hecho posible que llevemos a cabo nuestro trabajo.”

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