Ayuda a un centro pastoral juvenil en Bosnia y Herzegovina
Los católicos representan una minoría de apenas el 14% en Bosnia y Herzegovina, con tendencia en descenso. Durante la guerra de Bosnia, de 1992 a 1995, la mitad de la población católica fue expulsada u obligada a emigrar. Incluso hoy muchos católicos están abandonando el país debido a la discriminación que sufren en el mercado laboral, en las escuelas y en la vida social, por lo que no ven un futuro prometedor para ellos.
Los obispos han manifestado durante años que las familias católicas croatas que quieren regresar no están recibiendo el apoyo que necesitan. Al mismo tiempo, hay una notoria islamización de la sociedad, que se hace visible a través de las numerosas nuevas mezquitas que se están construyendo.
A través de su trabajo de reconciliación entre todos los grupos étnicos, de sus escuelas y su obra caritativa, la Iglesia católica está colaborando por un futuro mejor. Además, la Iglesia se esfuerza por ofrecer oportunidades de empleo permanentes que les garanticen una perspectiva de futuro a las familias.
Un bello ejemplo de esta labor de reconciliación es el Centro Juvenil Juan Pablo II de Sarajevo, que también ofrece una serie de iniciativas para promover el diálogo interreligioso e interconfesional. Cada año, miles de jóvenes se benefician de la amplia gama de programas que ofrece el centro. Luego, colmados de energía y entusiasmo, regresan a sus propias parroquias con la fe renovada para trabajar por un futuro mejor.
El centro es capaz de ofrecer 10 puestos de empleo a tiempo completo y 10 puestos a tiempo parcial, simultáneamente, proporcionando así ingresos estables a hombres y mujeres. Además, el centro cuenta con 300 voluntarios adicionales, que ayudan de acuerdo con las necesidades, y ofrece cursos de formación para líderes de grupos, retiros espirituales para confirmados, asistentes, monaguillos y otros tipos de grupos juveniles. También realiza programas en los que jóvenes de diferentes creencias pueden involucrarse y aprenden a asumir una responsabilidad compartida para un futuro mejor en la sociedad en la que viven. Los asistentes no solo provienen de la Arquidiócesis de Sarajevo, sino de todo el país. El centro organiza otros grandes eventos, como la peregrinación de jóvenes al santuario mariano de Kondzilo, en mayo, a la que este año asistieron más de 3.000 personas, un festival de música cristiana moderna y un Vía Crucis juvenil, en el que cientos de jóvenes de distintas parroquias se reúnen en cada decanato.
Ayuda a la Iglesia que Sufre apoya la valiosa labor de este centro juvenil que lleva el nombre del gran Papa San Juan Pablo II, que tanto cariño tenía por los jóvenes y que inauguró las Jornadas Mundiales de la Juventud durante su pontificado.
Este año prometimos colaborar, una vez más, con 27.700 dólares.
¿Nos ayudarás a cumplir esta promesa de apoyo a la juventud católica a través de este centro pastoral en Bosnia y Herzegovina?
Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir los fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Las donaciones a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se utilizarán en los programas que más lo necesiten para ayudar a mantener viva la fe.
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