Ayuda para la construcción de la parroquia de San Antonio en Bielorrusia
Mahiljou, o Mogilev, es la tercera ciudad más grande de Bielorrusia, con una población de más de 381 mil habitantes. Está situada a orillas del río Dniéper, en el este del país, y en un tiempo fue igualmente ortodoxa, católica y judía. Hoy, los católicos son una pequeña minoría, pero aun así, la parroquia de San Antonio, actualmente bajo el cuidado de dos padres claretianos, está floreciendo.
Cada vez hay más gente que viene a misa y participa en la vida parroquial. La asistencia los domingos se acerca a los 200 fieles, y esa cifra sería probablemente mayor si la capilla de la parroquia no fuera tan pequeña; también hay varios grupos de oración, lo que demuestra aún más el compromiso de los creyentes católicos locales. De hecho, a San Antonio le vendrían bien uno o dos sacerdotes más.
Desde hace varios años se está trabajando en un nuevo templo y centro parroquial. La iglesia tendrá capacidad para 150 personas, y el centro no solo tendrá salas para diversas reuniones de grupo, sino también alojamiento para cinco sacerdotes y tres hermanas. Además, la parroquia tiene previsto abrir un comedor social, pero para todos los necesitados de Bielorrusia, no sólo para los católicos.
Dos tercios de la iglesia están ya terminados, y se ha pedido ayuda a Ayuda a la Iglesia que Sufre para su finalización. La pandemia del COVID-19 afectó duramente a la parroquia: los sacerdotes enfermaron y no pudieron viajar como normalmente lo hacen a la vecina Polonia, donde ayudan en otras parroquias y recogen donativos.
Hemos ofrecido una contribución de 60 mil setecientos dólares, para que el edificio pueda completarse, y la parroquia pueda por fin hacer pleno uso de su nueva iglesia e instalaciones.
¿Te unirás a nosotros para financiar una iglesia y un centro parroquial en Bielorrusia?
Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir sus fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Los fondos donados a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se destinarán a las principales necesidades en nuestros programas para ayudar a mantener viva la Fe.
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