Camerún: “No levantes tu mano contra el Ungido de Yahvé”

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EN UNA CARTA pastoral titulada “No levantes tu mano contra el Ungido de Yahvé”, el obispo Andrew Nkea de Mamfe, Camerún, condena los recientes secuestros en masa de sacerdotes en su diócesis. Dijo que son un medio de extorsión empleado por algunos miembros de las Fuerzas de Defensa de Ambazonia (ADF) en represalia por la participación del obispo en el proceso de diálogo nacional para el restablecimiento de la paz en el Camerún. Las fuerzas de las ADF han recurrido a la violencia en su lucha por la independencia de la región anglófona del sur del país.

Obispo Nkea

En la carta, de la cual Ayuda a la Iglesia que Sufre obtuvo una copia, el obispo informó del secuestro del padre Félix Sunday, un nigeriano y el párroco de Afap realizado por las ADF. Otros 2 sacerdotes lograron escapar de las emboscadas. Recientemente, 2 sacerdotes de la parroquia de Kembong fueron detenidos a punta de pistola y les pidieron pagar 1.700 dólares de rescate, pero los sacerdotes pudieron evitarlo.

El objetivo principal de los ataques parece ser un acto de represalia contra el obispo por su participación en el Gran Diálogo Nacional que se está celebrando en la capital de Yaundé. ADF se opone al diálogo y exige a los participantes que paguen una multa de 850 dólares cada uno. El secuestro de sacerdotes es una forma de herir al obispo, quien, insisten las ADF, debe pagar por los rescates. “La verdad es que no tengo esta cantidad de dinero para pagarle a nadie”, escribió el obispo Nkea.

Pero además de la cuestión del dinero, el obispo Nkea está horrorizado por el hecho de que las ADF incluye en los crímenes a los jóvenes locales de las zonas donde sus sacerdotes han cumplido con sus deberes pastorales a lo largo de los meses de crisis, con el riesgo de un gran peligro personal. Mamfe ha sido uno de los lugares más afectados por la llamada “crisis anglófona”. “La violencia se ha intensificado y ha provocado muertes, pérdida de bienes, una gran inseguridad y muchos desplazados y refugiados que huyeron a Nigeria”, escribió el obispo.

Sin embargo, proclama el obispo Nkea, contra todas estas dificultades, los sacerdotes han seguido consolando y acompañando a su pueblo. “A través de los constantes disparos, el fuego y los peligros para la vida, nuestros heroicos sacerdotes permanecieron entre su pueblo como verdaderos pastores que nunca abandonaron a sus ovejas en tiempos de peligro. Como Jesús el Buen Pastor, los sacerdotes de la Diócesis de Mamfe estuvieron dispuestos en todo momento a ‘dar la vida por sus ovejas’ (Jn.10:15). Este compromiso pastoral llevó a la muerte del padre Cosmas Ondari Omboto, el vicario parroquial de la parroquia de Kembong. Sin embargo, los sacerdotes no se desanimaron y no abandonaron su rebaño, ni siquiera en el mismo Kembong”, informó el obispo.

El obispo escribió, además: “Estos muchachos afirman que tomaron las armas para proteger a la población y es una gran contradicción que estas armas se utilicen ahora para aterrorizar a la misma población que decían proteger. Todos nos unimos para denunciar la brutalidad de los militares contra el pueblo, pero ahora son nuestros propios hijos los que se han vuelto contra su propio pueblo. ¿Y ellos piensan que es normal?”

El obispo Nkea ha decidido tomar medidas drásticas y retirar a todos sus sacerdotes de las parroquias de Kembong, Ossing y Eyumojock hasta que los fieles católicos de estos lugares “puedan ofrecer una garantía escrita de la seguridad para los que trabajan para ellos”, escribió. Además, está suspendiendo “todos los proyectos de desarrollo en estas parroquias, porque la misma gente para la que los proyectos están destinados ha hecho que las áreas sean inseguras para cualquier desarrollo, e incluso los que trabajan en estos proyectos no están seguros”.

El obispo Nkea pidió a los miembros de ADF que detengan la violencia, “para que los sacerdotes puedan volver lo antes posible a sus parroquias y continuar trabajando en paz”. Concluyó: “No hay familia sin dificultades, pero la fe cristiana nos ayuda a resolver nuestros problemas pacíficamente, sin violencia, y a avanzar como una sola familia.”

—Maria Lozano