Sería imposible hacer mucho sin el apoyo de ACN

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“LA GRATITUD ES LA ÚNICA RESPUESTA DIGNA A UN REGALO DE DIOS”: estas son las palabras de un sacerdote de Brasil al agradecer la ayuda concedida por Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN). La organización está recibiendo actualmente docenas de cartas de agradecimiento como la suya procedentes de todo el mundo. Más que nada, las cartas dejan clara una cosa: la ayuda proporcionada por ACN marca una diferencia real.

En la selva tropical de Papúa Nueva Guinea se necesitan nervios de acero, así como un vehículo resistente. Por eso, el padre Martín Prado, de Vanimo, está tan entusiasmado con el Land Cruiser adquirido con los fondos donados por los donantes de ACN. “Estamos creando las primeras parroquias en esta zona. Ya tenemos siete nuevas comunidades. Hemos construido y consagrado iglesias para ellas, edificios muy sencillos y modestos, pero hermosos a los ojos de Dios.”

Las novicias de las Hermanas Misioneras Clarisas
Las novicias de las Hermanas Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento en Nigeria agradecen a los donantes de ACN

La primera estación misionera de Vamino y sus alrededores no se estableció hasta 1936, lo que significa que el sacerdote todavía está sentando las bases allí: “Enseñamos a los fieles todo, desde la señal de la cruz hasta el significado del Santo Sacramento del Bautismo y la Sagrada Eucaristía… Todo esto, le aseguro, sería muy difícil o incluso imposible de realizar sin el vehículo que ACN nos ayudó a comprar”.

Los retos a los que se enfrentan los cristianos en el continente africano son múltiples. Las hermanas del convento Notre Dame du Sacré-Coeur de Mbandaka, en la República Democrática del Congo, que trabajan en el lugar como enfermeras, sufrieron bastantes ataques el año pasado. Como el convento no estaba suficientemente protegido, los bandidos merodeadores pudieron irrumpir en él por la noche. Esto ha hecho que la hermana Philomène Iketa esté aún más agradecida por los fondos que el convento ha recibido de ACN para construir una valla alrededor del convento que les proteja de este tipo de delitos.

Ella dijo: “Cuando llamamos a su puerta, nos respondieron generosamente. Rezamos para que Nuestro Señor ayude a que su noble misión dé sus frutos para que puedan seguir apoyando al Pueblo de Dios que vive en la necesidad en todo el mundo.”

Mientras tanto, Arthur Blanchard Ngono, del país vecino de Camerún, también ha expresado su gratitud. El es uno de los 25 seminaristas de la diócesis de Kribi que con el apoyo de ACN ha podido continuar su formación sacerdotal: “Nos habéis ayudado en momentos económicamente muy difíciles. Sin embargo, no sólo quiero expresar mi agradecimiento por la ayuda financiera que nos enviaron durante la crisis económica provocada por la pandemia del COVID-19, sino también porque transmiten un mensaje. Este mensaje consiste en siempre ayudar a soportar la carga a los más vulnerables. Esta lección ha quedado grabada de forma indeleble en mi memoria y me da una visión desinteresada del sacerdocio a partir de ahora”.

En la parroquia de Santo Antonio en Tanquinho, Brasil, el padre Leomário Goncalves dos Santos agradece el regalo de 1.040 biblias infantiles de ACN en portugués. En un principio había hecho planes completamente diferentes: “Nuestro sueño era que cada habitante de nuestra ciudad tuviera su propia biblia. Pero Dios nos mostró un camino más hermoso, que comienza con la evangelización de los niños, los adolescentes, los jóvenes y, en última instancia, también de sus familias”. Y añadió: “La gratitud es la única respuesta digna a un regalo de Dios”.

La ayuda que ACN pudo conceder a las parroquias de todo el mundo fue recibida con especial alegría y gratitud durante este año tan difícil. Las numerosas cartas de agradecimiento son un poderoso incentivo para continuar con esta importante labor en los próximos años.

—Sebastian Moll & Maria Lozano