Celebraciones litúrgicas y reapertura de escuelas en Siria: Un nuevo comienzo entre la esperanza y la incertidumbre

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16 de diciembre de 2025 – Mientras en Siria se cumple la primera semana de la transición al nuevo régimen, ACN (Ayuda a la Iglesia que Sufre) ha recogido testimonios de primera mano, ofreciendo una visión sobre el terreno de la situación actual en regiones clave, como Homs y Alepo, donde la gente se enfrenta a las incertidumbres de una época posterior al régimen.

En Homs, el ambiente sigue siendo de cautela, ya que la gente salió a la calle para manifestarse el pasado viernes. Aunque hay alimentos y combustible disponibles, siguen siendo limitados, y los precios no dejan de subir. Las escuelas vuelven a abrir hoy lunes. El temor a lo que el futuro depare a los cristianos es palpable. Aunque agradecida por haber evitado la guerra civil, la comunidad cristiana está preocupada por la futura acción legislativa.

ACN habló con un contacto que destacó esta creciente preocupación. «Mi mensaje al mundo es la importancia del apoyo internacional a los cristianos para establecer una constitución civil, en lugar de una constitución islámica basada en la sharia. Si la constitución se basa en la sharia, los cristianos sin duda tendrán que abandonar el país porque se restringirán las libertades personales», dijo la fuente a ACN.

La preocupación es que el país está pasando de un régimen que reprimía toda disidencia a otro que puede limitar las libertades personales en nombre de la religión. «Los cristianos no tienen ninguna fuerza capaz de garantizar sus derechos en lo que respecta a la Constitución, la vida institucional y la gobernanza civil. Existe el temor de que hayamos pasado de un régimen que silenciaba a todo el mundo a otro que no permite a los demás vivir como desean, con libertades personales», continuó la fuente. Crece el temor de que el país avance hacia un sistema islamista extremista, en el que la ideología religiosa pueda prevalecer sobre las libertades personales.

Mientras tanto, en Alepo, el ambiente es más apagado, pero todavía cautelosamente optimista. La gente intenta reanudar su vida normal, con pequeños signos de Navidad que aparecen por toda la ciudad. Las iglesias han empezado a colocar adornos, y las nuevas autoridades instan a los ciudadanos a celebrar y mejorar el ambiente de la ciudad. «Hemos venido a dejarlo todo mejor de lo que estaba», dijeron las autoridades a los ciudadanos, según las fuentes consultadas. A pesar de la subida inicial de los precios, la ACN ha podido saber que los precios han empezado a estabilizarse, y que las marcas extranjeras, sobre todo las procedentes de Turquía, se pueden adquirir ahora a precios más bajos que los productos locales.

Las nuevas autoridades de Alepo han asegurado a la población que las escuelas cristianas seguirán funcionando, y hoy abren sus puertas. También se han reabierto los hospitales, y las fábricas locales de medicamentos empiezan a producir de nuevo. Aunque el país aún se está recuperando de las penurias y los estrictos embargos de la última década, las cosas están mejorando lentamente.

Las misas dominicales se celebraron sin incidentes tanto en Homs como en Alepo. Ofreciendo un momento de esperanza y un soplo de alivio a la incertidumbre de la comunidad cristiana de cara a la Navidad, los fieles se reunieron para rezar en medio del impredecible futuro al que se enfrentan.

Es un hecho que la comunidad cristiana sigue siendo cautelosa sobre el futuro, su confianza en las autoridades profundamente sacudida tras 13 años de conflicto. «Después de todo el sufrimiento y las penurias, nos resulta muy difícil confiar fácilmente en nadie ni en las nuevas autoridades», explicó a ACN uno de los cristianos de Alepo.

Las investigaciones de ACN informan de que, aunque se han producido incidentes y denuncias ocasionales de discriminación religiosa o agresiones, por el momento no hay indicios de persecución sistemática, y siguen siendo incidentes aislados.

ACN sigue manteniendo contacto directo con sus múltiples socios y con los líderes de la Iglesia en Siria, que se han reunido con las nuevas autoridades tanto en Alepo como en Damasco en varias ocasiones durante la semana pasada. La organización benéfica se ha comprometido a apoyar a los cristianos desde el comienzo de la guerra en 2011 y pide a la comunidad internacional que supervise la transición para garantizar la libertad religiosa en Siria.