“Dios … es de todas las culturas, de todos los clanes”

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UN FILM DOCUMENTAL sobre el misionero Abba (padre) Goesh, que vive con el pueblo dassanech a orillas del río Omo de Etiopía, coproducido por Ayuda a la Iglesia que Sufre, fue nominado en la categoría “Mejor documental” en el 23º Religion Today Film Festival de Trento (Italia), del 23 al 30 de septiembre. La película fue dirigida por Magdalena Wolnik, directora de varios documentales realizados en cooperación con la Catholic Radio and Television Network (CRTN) y Ayuda a la Iglesia que Sufre. La Sra. Wolnik habla sobre la realización de Ethiopia – From every clan.

Abba Goesh se reúne con los ancianos
Abba Goesh se reúne con los ancianos

¿Cómo “encontró” la historia de la película?

La primera visita a Omorate fueron las horas más terribles que he pasado en Etiopía. Fuimos allí con el obispo Tsegaye Keneni Derara, de Soddo, y el padre Andrzej Halemba, que entonces era responsable de los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre en todo el país. Llegar al valle del río Omo, a lo largo de la frontera entre Kenia y Sudán del Sur no es fácil. Hace apenas 2 años se construyó una carretera verdaderamente decente. Llegamos a nuestro destino por la tarde, después de muchas horas, y nos instalaron en una pequeña casa de huéspedes, construida por celosos jóvenes sacerdotes que se habían olvidado de la ventilación, las mallas de las ventanas y los mosquiteros. Por supuesto, no esperábamos que hubiera electricidad. Afuera, aparte de los mosquitos, se pisoteaban escorpiones camino a la cama, se encontraban algunas serpientes venenosas, así como hienas aprovechando la falta de cualquier valla. Más de 100 °F, incluso de noche, sin aire, significa que no se duerme, el infierno en la tierra. Abba Goesh parecía profundamente convencido de que Dios lo había enviado a este lugar y a las personas que habitan esta tierra. Parecía imposible vivir aquí sin esa creencia. Después de esas primeras horas y conversaciones con él, sabía con certeza que volveríamos con una cámara.

¿Cómo fue la filmación? ¿Fue difícil involucrar a la gente?
Una vez que comenzamos a filmar, las cosas empeoraron. Si no era por el calor, era por un poderoso aguacero y el barro pegajoso, con una multitud de escorpiones emergiendo; o una plaga de insectos, impidiéndote abrir la boca; luego una tormenta de arena, que instantáneamente cubrió todo el paisaje con polvo marrón. Nuestra flamante grabadora de sonido falló el segundo día.

Los aldeanos no fueron inicialmente muy amigables. Allí, los extraños no pueden entrar en su recinto, mucho menos en su choza. Ganamos su confianza al final, pero más porque el padre Goesh ya lo había conseguido. Él fue nuestra puerta de entrada a este fascinante mundo de la tribu dassanech. Nos sentimos privilegiados y agradecidos de que se nos permitiera el acceso con nuestra cámara, detrás del velo de inaccesibilidad de esta gente, de una individualidad y singularidad que tenían derecho a proteger. En los últimos años, cada vez más turistas han venido al Valle del Omo, rico en “tribus exóticas”. Este encuentro de 2 mundos es a veces violento y destructivo. Así que, intentamos ser totalmente respetuosos, humildes y amables.

¿Cuál es el corazón de la historia?

Esta película tiene como objetivo mostrar un grupo étnico único que, aunque sigue viviendo un estilo de vida muy tradicional y librando sangrientas batallas con las tribus locales, se encuentra repentinamente en un curso de colisión con el cambio, incluyendo el cambio climático con la inevitable sequía y el hambre que le sigue. Necesitan un guía, capaz de ayudarlos a enfrentarse y tratar con esta realidad. No solo en términos materiales —incluyendo la educación, la agricultura y los conocimientos necesarios para sobrevivir en un mundo cambiante—, sino también en términos espirituales. ¿Cómo dejar de hacer guerras destructivas? ¿A quién confiar la vida?

El padre Goesh asumió ese papel.

Uno de los jefes de la aldea presentó espontáneamente al padre Goesh, explicando quién era para ellos: “Nos dijo cómo podemos vivir con otras personas vecinas. Nos enseñó lo que significa la paz”.  Otro añadió: “El padre Goesh es nuestro hermano. Es un hombre de Dios. Nos enseñó cómo adorar a Dios”.

El pueblo dassanech es una tribu hermosa, intacta y fascinante. Sin embargo, esta no es una película antropológica. Es también la historia del padre Goesh Abraha: un etíope, del norte montañoso, que decide vivir entre esta gente, vivir con ellos, compartir sus preocupaciones y transmitirles la profunda creencia de que Dios es más que cultura y tradición, más que cualquier gran cultura; que puede darnos libertad y paz a cada uno de nosotros; que es de todas las culturas, de todos los clanes.

 

 

El padre Goesh está construyendo una capilla en el desierto, y cree que, con el tiempo, los clanes y tribus enemigas terminarán rezando juntos; que se convertirá en su iglesia, con la que se identificarán: un signo de paz, reconciliación y esperanza. También es un hombre feliz que dice que se puede aprender a amar una cultura que no es la suya, abrazar y aceptar lo desconocido: los olores, los sabores, incluso los desafíos de vivir en este lugar aparentemente inhabitable. Y eso te cambia.

—María Lozano