Filipinas: cientos de personas marchan para expresar su solidaridad con los obispos acusados de sedición

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EL 31 DE JULIO, la Arquidiócesis de Lingayen-Dagupan, Filipinas, organizó una misa y una ceremonia de encendido de velas para expresar su solidaridad con los líderes de la Iglesia que han sido acusados por el Gobierno de incitar a la sedición, la ciberdelincuencia, la difamación y la obstrucción de la justicia. El vicepresidente de Filipinas y otras 35 personas, incluidos 4 obispos y varios sacerdotes, se enfrentan a estos cargos. Entre los obispos acusados se encuentran el arzobispo Sócrates Villegas, de Lingayen-Dagupan, el presidente de Ayuda a la Iglesia que Sufre de Filipinas y un miembro de la Junta de Supervisión de la organización, así como el obispo Teodoro Bacani, el obispo Honesto Ongtioco, de Cubao, y el obispo Pablo David, de Caloocan.

Los simpatizantes rodean al arzobispo Sócrates Villegas

Celebrado en la Catedral de San Juan Evangelista, en Dagupan, cientos de personas marcharon en oración después de la misa en apoyo del arzobispo Villegas y los otros 3 obispos acusados. Todos han proclamado su inocencia.

El cargo de sedición fue presentado el 18 de julio por el Grupo de Investigación y Detección Criminal de la Policía Nacional de Filipinas (PNP-CIDG). Esto fue en relación con la “Lista de Narcóticos de Ang Totoong”, una serie de videos producidos por un hombre llamado Peter Joemel Advincula, más conocido como “Bikoy”. Los vídeos vinculan al presidente Rodrigo Duterte, a algunos familiares y a numerosos electores con su presunta participación en redes de drogas ilegales. “Bikoy” también confesó que él mismo era un antiguo miembro de una gran red. Pero al entregarse a la policía, el hombre se retractó de sus declaraciones y afirmó que todo lo que aparecía en los vídeos estaba escrito y orquestado por el Partido Liberal de la oposición en connivencia con los líderes religiosos. Citó al arzobispo Sócrates Villegas y al obispo Pablo David entre los que estaban detrás de un complot para derrocar al presidente.

Jonathan Luciano, el director de Ayuda a la Iglesia que Sufre de Filipinas, dijo: “En todo el mundo, los casos de persecución religiosa siguen aumentando. Emboscadas, asesinatos, bombardeos son solo algunos de los medios violentos utilizados por los perseguidores. Un método sutil, pero aún más peligroso, es la persecución política, ahora dirigida a inocentes servidores de la Iglesia católica.”

“Seguimos rezando y esperando que el Gobierno y todos los funcionarios involucrados ejerzan la justicia con verdad e integridad. Mientras las investigaciones preliminares contra los acusados comienzan el 9 de agosto, llamamos a la vigilia. Permanezcamos en solidaridad y unidad en nuestras oraciones. Rezamos por la seguridad de los obispos y de todos los acusados injustamente, para que puedan encontrar la fuerza en estos tiempos difíciles”, concluyó Jonathan Luciano.

En una declaración de apoyo, los dirigentes de Ayuda a la Iglesia que Sufre de Filipinas calificaron los cargos contra los prelados como “carentes de verdad y justicia, decencia y respeto por su dignidad humana… Los obispos injustamente acusados de sedición son ejemplos de un servicio humilde y dedicado al bienestar de los filipinos, así como a tantas causas humanitarias, prueba de su innegable amor por el país”. En la declaración se instaba a las autoridades a “ejercer la justicia con la verdad, la práctica de la ley con integridad”.

—Maria Lozano