Hace treinta años, un equipo de radio de contrabando patrocinado por ACN ayudó a evitar el golpe de estado comunista en Rusia

Compartir esta noticia:

LAS IMÁGENES DIERON LA VUELTA AL MUNDO: tanques rodando por el centro de Moscú y tomando posiciones frente al edificio del Parlamento. La agencia de noticias soviética TASS había informado de que el presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, había sido relevado de su cargo por enfermedad. El autodenominado Comité de Estado declaró el estado de emergencia. Era el lunes 19 de agosto de 1991, el día del golpe de Estado contra Gorbachov.

Mientras esto marcaba el principio del fin de la carrera política de Gorbachov, la carrera de otra persona acababa de empezar, la de Boris Yeltsin, que en ese momento era el Presidente de la Federación Rusa. Rápidamente se convirtió en el portavoz y líder de la resistencia contra los comunistas de línea dura que habían dado el golpe. Como había un fuerte deseo de reforma y democracia entre el pueblo, Yeltsin se hizo cada vez más influyente.

Tanques en la Plaza Roja durante el intento de golpe de Estado de agosto de 1991. (Almog)

Recordando aquella época, se destaca un momento en particular: Yeltsin subiéndose a un tanque frente al edificio del Parlamento para dirigirse al pueblo sin la ayuda de un micrófono. Tras su discurso, volvió al Parlamento y dijo a los demás miembros: “Lo que necesito ahora es una radio”. Quería llegar al mayor número de personas posible. Se necesitaba un “altavoz” y rápido para expandir el mensaje del movimiento democrático. Sin embargo, los medios de comunicación estaban en manos de los militares y de la línea dura comunista.

En ese momento, la sólida red que Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) había construido en la Unión Soviética durante la Guerra Fría dio una ventaja decisiva a los opositores al golpe. Todo el mundo se quedó asombrado cuando el diputado Viktor Aksiutsjik anunció que tenía el equipo necesario para montar una radio. El parlamentario era miembro del consejo de administración de la emisora Radio Blagovest —en inglés “Good News radio”—. Desde hacía algún tiempo se estaba planificando la creación de una emisora conjunta de las iglesias católica y ortodoxa en la Unión Soviética con el apoyo de ACN y de una fundación con sede en los Países Bajos. Sin embargo, el Ministerio de Comunicaciones soviético se negó a conceder una licencia de emisión.

Sin embargo, las partes continuaron con sus planes de crear una emisora de radio cristiana en territorio ruso. En agosto de 1991, el equipo técnico necesario ya había llegado a Moscú. Durante bastante tiempo, los socios y empleados del proyecto de ACN habían introducido el equipo de radiodifusión, componente por componente, en barco hasta San Petersburgo y desde allí hasta Moscú, donde se ensamblaban las piezas. El transmisor estaba listo y esperando en Moscú y solo había que sacarlo de un almacén.

Un camión del servicio de catering del Parlamento fue enviado al almacén, donde se cargó el transmisor en el vehículo. Para que los comunistas de línea dura no descubrieran el equipo de radiodifusión, éste se ocultó bajo lechugas, tomates y otros alimentos. Los ingenieros instalaron el transmisor en el edificio del Parlamento y las fuerzas aéreas facilitaron el acceso a una antena.

Gracias a la ACN, Boris Yeltsin tenía ahora el altavoz que necesitaba para llamar al pueblo a oponerse al golpe comunista. Su llamamiento fue escuchado por los moscovitas: miles de personas se reunieron pacíficamente en las calles de Moscú. Incluso algunas unidades militares se pasaron al lado de Yeltsin. En la noche del 21 de agosto, el golpe había terminado. Yeltsin se apresuró a expresar su agradecimiento concediendo a la emisora conjunta católica y ortodoxa “Radio Blagovest” una licencia de emisión en septiembre de 1991. La emisora sigue funcionando hoy en la actualidad.

Los medios de comunicación modernos tienen cada vez más importancia, no solo para la predicación del Evangelio, sino también para llevar a cabo la labor social de la Iglesia Universal. Desde principios de la década de 1960, ACN ha ayudado a financiar emisoras de radio y televisión proporcionando recursos técnicos, producciones de audio y vídeo y creando agencias de noticias basadas en la fe. Las emisoras de radio desempeñan un importante papel en la formación de la opinión pública sobre cuestiones políticas, especialmente en Asia, Europa del Este y América Latina. En los países en los que los medios de comunicación están censurados por los dirigentes políticos o controlados por estructuras económicas opacas, las emisoras de la Iglesia suelen ser cruciales para la preservación de la democracia y la libertad.

—Volker Niggewöhner