‘Hemos derramado suficiente sangre’— Los obispos de Myanmar llaman al diálogo

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TRAS EL GOLPE DE ESTADO MILITAR EN MYANMAR, la Conferencia Episcopal del país ha dirigido un llamamiento de paz a las partes enfrentadas y a la comunidad internacional. “Estamos atravesando los momentos más difíciles de nuestra historia”, escribieron los obispos en una declaración conjunta del 4 de febrero, obtenida por Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN). La declaración estaba firmada por el presidente de la Conferencia, el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon (Rangún), y el secretario general de la Conferencia, monseñor John Saw Yaw Han, obispo auxiliar de Yangon.

Los obispos pidieron a la población de Myanmar que mantuviera la calma a pesar de “los inesperados e impactantes acontecimientos” y que se abstuvieran de recurrir a la violencia. “Ya hemos derramado suficiente sangre”. Recordaron al pueblo que también hay formas no violentas de protesta. En la Conferencia se implora a los médicos y a los profesionales de la salud, que se han puesto en huelga para protestar contra la actuación de los militares: “Estamos viviendo una época de pandemia. (…) ¡No abandonen a su gente necesitada en este momento!”. Sin embargo, tras el uso de munición real por parte de los militares contra los manifestantes, los obispos expresaron su apoyo a estos últimos.

En su declaración, los obispos preguntaron a los militares, que en Myanmar se llaman Tatmadaw, qué fue lo que falló en los últimos años cuando el país se democratizó. “¿Hubo falta de diálogo entre las autoridades civiles elegidas y el Tatmadaw?”. Las acusaciones de irregularidades en la votación durante las elecciones parlamentarias de noviembre, planteadas por los militares, podrían haberse resuelto “mediante el diálogo en presencia de observadores neutrales”.

 “Ahora prometen una mayor democracia, tras una investigación y otras elecciones. El pueblo de Myanmar está cansado de promesas vacías”, dijeron los obispos, dirigiéndose a los militares y preguntándoles cómo piensan ganarse la confianza del pueblo. La conferencia subrayó que un paso importante en esta dirección sería la liberación de los miembros del antiguo partido gubernamental, la LND (Liga Nacional para la Democracia), y de otros presos. “Si prometen democracia; empiecen por liberarlos. El mundo les entenderá”.

Los obispos incluyeron una declaración personal al antiguo jefe de la civilia.

Cardenal Charles Maung Bo
Cardenal Charles Maung Bo

A la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, que también fue encarcelada por los militares y ahora se enfrenta a cargos por delitos económicos, le dijeron los obispos: “Siempre serás la voz de nuestro pueblo. (…) Eres Amay Suu [Madre Suu] para la nación. La verdad prevalecerá”. Al mismo tiempo, la Conferencia subrayó que “este incidente tiene lugar por la falta de diálogo y comunicación y la falta de aceptación de los demás. Por favor, escuchen a los demás”.

Por último, los obispos hicieron un llamamiento a la comunidad internacional, a la que agradecieron su preocupación por los recientes acontecimientos. Sin embargo, también incluyeron palabras de advertencia para evitar reacciones prematuras. “Las sanciones y las condenas dan pocos resultados, más bien cierran las puertas y excluyen el diálogo”; las sanciones económicas “arrojarían a millones de personas a la pobreza”. Los obispos explicaron que otros países deben comprender la situación especial y la historia de Myanmar. “Comprometer a los actores en la reconciliación es el único camino”, declararon los obispos. “La paz es posible. La paz es el único camino. La democracia es la única luz para ese camino”.

La noche del 1 de febrero, los militares del país antes conocido como Birmania retomaron el poder mediante un Golpe de Estado, poniendo fin a un periodo de diez años en el que se introdujeron reformas democráticas. Los militares afirman que el golpe se produjo por las denuncias de irregularidades en la votación de las elecciones parlamentarias de noviembre. Aung San Suu Kyi ganó las elecciones con una amplia mayoría. Según los observadores electorales, las pruebas no respaldan las acusaciones de los militares. Las fuerzas armadas han declarado el Estado de emergencia en el país del sudeste asiático por un periodo de un año. A continuación se celebrarán elecciones. Sin embargo, los observadores dudan de que esto ocurra. Estados Unidos y Europa han amenazado con imponer sanciones.

Según el informe Libertad Religiosa en el Mundo, publicado por ACN, alrededor del 8% de los 54 millones de habitantes de Myanmar pertenecen a confesiones cristianas; los católicos representan entre el 1% y el 2% de la población. Los cristianos sufren con frecuencia discriminación a manos de los budistas radicales, especialmente porque muchos cristianos pertenecen a minorías étnicas.

—Tobias Lehner