Hermanas de San José en Ucrania: “Nuestros conventos se han convertido en centros de refugiados”

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MILLONES DE PERSONAS han tenido que huir de sus hogares para salvarse a sí mismas y a sus hijos, abandonando las regiones del este y del sur de Ucrania, y dirigiéndose hacia el oeste. Según cifras recientes del ACNUR, casi cuatro millones han cruzado las fronteras hacia los países vecinos, pero se cree que más de seis millones están desplazados dentro del país.

“Hay gente durmiendo en todos los rincones del monasterio, tanto en camas como en colchones en el suelo. Están muy agradecidos por poder lavarse, comer caliente y descansar. Algunos han pasado varios días en sótanos o en refugios antiaéreos”, dice la hermana Tobiasza, monja de la Congregación de San José, en una conversación con Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), que acaba de aprobar un paquete de ayuda especial para las monjas de todas las órdenes religiosas de rito latino que realizan esta labor caritativa y hospitalaria en la archidiócesis de Lviv.

“Ayudamos a los refugiados y a los lugareños que se encuentran en situaciones difíciles debido a la guerra”, explica la monja. Las Hermanas de San José crearon un punto de tránsito para los refugiados en su monasterio de Lviv, donde éstos pueden descansar y recuperar fuerzas. Las hermanas también ayudan a establecer contactos y buscar familias que puedan acoger a los refugiados en otros lugares, sobre todo en Polonia. Por último, coordinan a los conductores para transportar a las familias, muchas de las cuales están compuestas por madres con sus hijos”.

Hermanas de San José

Ya sean grandes o pequeñas, cada una de las casas o conventos de la orden se ha convertido en un punto de acogida para los más necesitados: “En otro de nuestros conventos, en la ciudad de Stryi, las hermanas prepararon una habitación para acoger a una familia de dos niños y una abuela. Con la ayuda de benefactores locales y extranjeros consiguieron comprar una lavadora, una nevera, camas, etc. Todo lo básico para poder vivir. Uno de los chicos está enfermo y necesita cuidados especiales y comida”, explica la hermana Tobiaszca.

Como el paquete de ayuda de ACN beneficiará a todas las monjas de la arquidiócesis de Lviv, la hermana Edita Duszczak, presidenta de la asociación de congregaciones femeninas católicas de rito latino en Ucrania, escribió a la fundación para decir: “En nombre de todas las religiosas de la Arquidiócesis de Lviv, les expreso mi gran agradecimiento por la ayuda que nos han prestado hasta ahora; y, por ello, nos atrevemos a pedirles apoyo una vez más, para poder servir y ayudar en este difícil momento de guerra en Ucrania que Dios ha tenido a bien permitirnos vivir”.

—Maria Lozano