COVID-19 en África: las emisoras de radio católicas ofrecen esperanza y sostienen la fe

Compartir esta noticia:

MÁS DE 16.000 personas han dado positivo de COVID-19 en 52 países de África. El virus ha matado cerca de 900 personas allí, hasta ahora. Las instituciones públicas, como iglesias y escuelas, están cerradas en varios países del continente. Muchos africanos no tienen acceso a Internet o a la televisión, por eso la radio sigue siendo la mejor herramienta para que la Iglesia llegue y apoye a sus fieles.

“En estos días de distanciamiento social y medidas de encierro, la radio se ha convertido en una parte de la vida que es necesaria para muchas personas”, dijo el padre Apollinaire Cibaka Cikongo a Ayuda a la Iglesia que Sufre, ilustrando la situación en la República Democrática del Congo. El sacerdote de la Diócesis de Mbujimayi es el fundador de Radio Ditunga, con sede en Ngandajika, en el centro del país. La emisora fue fundada hace 10 años con el apoyo de la Ayuda a la Iglesia que Sufre.

La hermana Bonfanti en el estudio

“Dado que las iglesias están ahora cerradas debido a los problemas de salud que todos conocemos, Radio Ditunga ha adaptado su programación para dedicar más tiempo en el aire a la celebración de la misa, así como a la oración y los ejercicios espirituales dirigidos por sacerdotes de Ngandajika”, explicó el padre Cibaka Cikongo, añadiendo que dicha programación se transmite en directo, al igual que el Triduo Pascual.

Esta emisora tiene un alcance de emisión que cubre un área de unos 5 millones de habitantes. Este año, no cumplió su tradicional día de silencio el Sábado Santo. “En vista de la competencia que existe entre las comunidades de fe, algunas emisoras de radio locales difunden mensajes falsos. Un ejemplo de ello es que varias le imputan al Papa y a la Iglesia católica la responsabilidad espiritual de la pandemia del coronavirus”, dijo el padre Cikongo, y añadió: “Decidimos que el período de silencio podría llevar a nuestros oyentes a recurrir a emisoras competidoras, con todo el riesgo de manipulación que ello implica”.

En respuesta al cierre de las escuelas, el 19 de marzo, la estación de radio decidió transmitir las lecciones en vivo para mantener el contacto entre los profesores y los estudiantes. “Esta es una experiencia completamente nueva para nosotros”, reconoció el sacerdote. Agregó: “Como servimos a un total de 153 familias con niños, compramos pequeñas radios para distribuir a cada una de estas familias. Otras familias están interesadas en el proyecto y podrán participar porque la radio es accesible para todos. Se imparten dos horas de clases cada día”.

“Los profesores vienen a la estación de radio y el plan es transmitir preguntas y respuestas en vivo durante 30 minutos, como el tiempo de la lección de la tarde”, dijo el sacerdote. Uno de los desafíos será “asegurar la participación de los padres, en particular de los analfabetos”, mientras que el otro desafío es financiero, explicó; “debido al cierre de las escuelas, es difícil recaudar pagos espontáneos”.

Otro ejemplo del poder de la radio para la labor de la Iglesia es la Radio Sol Mansi en Guinée-Bissau, que también ha ampliado su programación. Esto se hizo no solo para concientizar a la población de las medidas que se están tomando contra la epidemia del coronavirus, sino también para continuar los esfuerzos de evangelización. Hoy en día, esto se hace más que nunca a través de la difusión de liturgias, catequesis y oración, explicó la hermana Alessandra Bonfanti, subdirectora de la emisora de radio en lengua portuguesa. Ella dijo: “En los tiempos actuales, es nuestra misión actuar como embajadores de esperanza para una sociedad que teme la pandemia. Tenemos que ayudar a mantener encendidas las llamas de la fe y la esperanza de que el mundo vuelva a la normalidad si cada uno hace su parte”.

Además de estas emisoras en Guinea-Bissau y la República Democrática del Congo, la Ayuda a la Iglesia que Sufre ha financiado 35 proyectos de apoyo a la radio católica en Angola, Burkina Faso, Camerún, Kenya, Liberia, Madagascar, Malawi, Mozambique, Uganda, la República Centroafricana, Tanzania, Togo y Zambia, en los últimos 5 años.

—Christophe Lafontaine