Las estadísticas no ofrecen más que un indicio del sufrimiento que padece la población haitiana
Hablando por teléfono hace unos días con Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), el cardenal Chibly Langlois, arzobispo de la diócesis de Les Cayes, describió la situación a la que se enfrenta su pueblo en Haití: “Hasta ahora no hemos recibido ninguna tienda de campaña. La gente está durmiendo en el suelo. No hay agua, ni electricidad, ni comida, ni ropa”.
Muchas de las personas están traumatizadas, y algunas todavía no saben qué ha pasado con sus familiares. Las réplicas aún continúan. En cuanto a los daños materiales, poco a poco se va conociendo el panorama completo de la devastación causada por el terremoto. ACN acaba de recibir un informe parcial, ya que aún no ha sido posible reunir información de todas las parroquias de la diócesis de Les Cayes. Hasta el momento, se han registrado un total de 682 muertes en la diócesis, con 2.175 personas heridas y casi 11.500 viviendas dañadas. Además, 135 iglesias han sido destruidas y 111 están afectadas en mayor o menor medida.
“Les agradezco su preocupación por nuestra diócesis. Me conmueve su cercanía, especialmente en estos momentos difíciles tras el terremoto”, dijo el cardenal. “Milagrosamente, hemos salido ilesos, pero muchas personas han perdido la vida, entre ellas el padre Jacques Percy, un sacerdote jubilado que se alojaba en la casa del obispo. Gracias por recordarlo en sus oraciones”.
“Las estadísticas son alarmantes, pero no ofrecen más que un indicio del sufrimiento soportado por la población”, dijo Rafael D’Aqui, el jefe de la oficina de América Latina de ACN, responsable de Haití. “Estamos siguiendo de cerca los acontecimientos sobre el terreno, pero es complicado, porque la comunicación telefónica es difícil y las infraestructuras están dañadas en las diócesis afectadas, que están muy lejos de la capital”.
“La casa del obispo se ha derrumbado y todo está en ruinas. No hace falta decir que una de las necesidades más urgentes en las que ACN quiere ayudar es la de dotar a la diócesis de una nueva base de trabajo y equiparla para que pueda coordinar la ayuda y suplir las necesidades de la gente en estos momentos tan difíciles. También es necesario proporcionar un techo al obispo y a sus colaboradores más cercanos, ya que lo han perdido todo. Hemos tenido grandes dificultades incluso para contactarnos con el cardenal, ya que ni siquiera tiene su teléfono móvil”, añadió Rafael D’Aqui.
Según fuentes de ACN, continúan los ataques a los camiones que llevan suministros desde la capital, Puerto Príncipe, a Les Cayes. Pero al menos la carretera de Les Cayes a Jeremie está de nuevo abierta, lo que es muy importante para la diócesis de Jeremie —también muy afectada por el terremoto—, ya que es la única vía de acceso a la ciudad.
Basándose en la información recibida de la diócesis de Jeremie, ACN ha calculado que un total de 26 iglesias —o casi la mitad de las iglesias de la diócesis— han sufrido grandes daños, incluida la Catedral de San Luis, y al menos once de ellas se han derrumbado por completo. Otras 11 iglesias ya estaban en ruinas, tras haber sido destruidas por el huracán Matthew en 2016. Un total de 27 de las 58 iglesias de la diócesis están averiadas, mientras que 32 rectorías o casas parroquiales han sufrido daños graves. Un total de 25 escuelas parroquiales y 11 centros de salud parroquiales completan la lista de edificios deteriorados en la diócesis.
El obispo de la diócesis de Jérémie, Joseph Gontrand Decoste, ha transmitido a los donantes de ACN su “más profunda gratitud por su cercanía espiritual, su solidaridad práctica, su apoyo moral y espiritual y toda la ayuda que han prestado a la diócesis para que pueda hacer frente a esta situación catastrófica, tan llena de angustia y sufrimiento”.
El primer proyecto de Ayuda de Emergencia de ACN consiste en socorrer a 45 familias de la diócesis de Jeremie. “La situación es imposible. La gente está demasiado asustada para volver a sus casas. Tenemos que proporcionar alimentos, ropa, agua, medicinas y alojamiento temporal a estas personas. Esto es lo más importante en este momento”. Las palabras son del padre Jean-Jacques Saint-Louis, superior provincial de los Padres de Montfort en Haití. Tres de los religiosos que trabajan en tres parroquias nacientes en las zonas afectadas, que hasta ahora siguen sin ninguna infraestructura, han identificado entre ellos a las familias más necesitadas.
“Cuento con sus oraciones y su apoyo para ayudarnos en estos momentos de gran angustia. En estos tiempos difíciles de nuestro país, la oración debe ocupar un lugar especial. Gracias por acompañar a Haití con sus oraciones”, dijo el padre Jean-Jacques Saint-Louis.
—Maria Lozano