Líbano: La Iglesia no abandonará a los refugiados y a los necesitados
El Líbano ha acogido el mayor número de refugiados del mundo en proporción a su propia población. Entre los casi 1,5 millones de refugiados del país se incluyen muchos cristianos. En las regiones mayoritariamente cristianas del país, la Iglesia local ha ayudado a los más pobres y vulnerables a encontrar un lugar donde vivir y obtener las necesidades básicas para vivir. Un ejemplo de ello es la diócesis melquita de Zahle, en el valle de Bekaa, cerca de la frontera con Siria. Allí hay muchas familias cristianas que han huido de la guerra en la vecina Siria y que sufren la actual crisis en el propio Líbano. Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) no tiene intención de abandonarlos.
Muchas de estas familias se sienten terriblemente solas. Entre ellas está la familia Rief. Llegaron aquí hace tres años, huyendo de los bombardeos y de la guerra en Siria. La madre es enfermera, el padre era cocinero en un restaurante. Tienen tres hijos, dos de los cuales ya son adultos. Hasta hace poco, conseguían un trabajo ocasional, pero como consecuencia de la crisis han perdido sus empleos y ahora nadie proporciona ingresos a la familia. Gracias al apoyo de ACN, la arquidiócesis puede ayudarles.
Desde 2019, la ayuda suministrada por ACN para diversos proyectos de apoyo a los refugiados en Zahle ha ascendido a un total de 4,4 Millones de euros. Una parte considerable de esta ayuda incluye el pago del alquiler y el alojamiento de personas como la familia Rief. Otra parte importante se destina al suministro de artículos de primera necesidad, como alimentos, ropa y medicamentos esenciales.
Uno de los proyectos de ayuda que la Iglesia católica melquita lleva a cabo en el país desde diciembre de 2015 es el servicio de comidas diarias conocido como El Comedor de San Juan el Misericordioso. San Juan el Misericordioso fue un santo conocido por su gran amor a los pobres. Allí donde veía alguna necesidad, buscaba con todas sus energías y medios aliviarla. Cuando era Patriarca de Alejandría, alimentaba a 7.900 personas cada día. Murió hacia el año 619 y hoy es venerado como santo tanto por los cristianos católicos como por los ortodoxos.
El comedor de Zahle es un lugar de encuentro habitual para las personas que no pueden permitirse una comida caliente cada día. Entre ellas hay muchos refugiados sirios, pero también un número cada vez mayor de libaneses. Cada día, unas 1.000 personas reciben aquí una comida caliente. En el pasado, solían recibir comida en varios centros de ayuda. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, unas 800 personas acuden ahora a recibir una comida caliente para llevar a casa, mientras que a otras 200, aproximadamente, que están incapacitadas o enfermas, se les lleva la comida a casa. Al mismo tiempo, pueden disfrutar de la compañía de personas y del asesoramiento espiritual.
Una de las personas que viene todos los días es Labiba, quien vive con sus dos hermanas solteras en una habitación de apenas 54 m2. Llegaron desde Homs (Siria) hace dos meses porque se estaban muriendo de hambre. La crisis económica les había impedido encontrar trabajo y llegaron solo con la ropa que llevaban puesta. Tampoco pueden cocinar, porque la habitación en la que viven solo tiene sofacamas y una pequeña estufa de parafina. Están profundamente agradecidos de poder comer al menos una comida caliente al día, gracias a El Comedor de San Juan Misericordioso.
Las personas que acuden no sólo reciben alimentos para el cuerpo, sino también apoyo y ánimo psicológico y espiritual. Todos coinciden en que su fe es la única fuente de su fuerza y que solo gracias a ella pueden soportar la pobreza y las penurias, ejercitando la paciencia en medio de su sufrimiento.
—Josue Villalon & María Lozano