Los cristianos en Burkina Faso se enfrentan al resurgimiento de los ataques terroristas

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SEGÚN LOS INFORMES RECIBIDOS POR AYUDA A LA IGLESIA QUE SUFRE, la situación de seguridad en el norte de Burkina Faso se ha deteriorado drásticamente en los últimos meses. Los grupos armados están creando un reino de terror dirigido a toda la población, exigiendo impuestos, y saqueando y robando a la gente en muchas partes del país. Sin embargo, los últimos testimonios de desplazados recogidos por ACN en la diócesis de Dori indican que algunos han sido objeto de graves persecuciones, específicamente por ser cristianos.

El modus operandi de los terroristas cuando llegan a los pueblos es pedir “impuestos” por cabeza de ganado. Se dirigen a los ganaderos y preguntan por el propietario de cada animal. Si éstos no pueden pagar los impuestos, confiscan los animales. ACN ha recibido informes fiables de fuentes locales, según los cuales en las últimas semanas se han dado casos en los que los terroristas preguntan primero si el propietario es cristiano o musulmán. Testigos que han vivido los últimos ataques en la región del Sahel, en el norte de Burkina Faso, han declarado a ACN: “Si los propietarios eran cristianos, los atacantes no consideraban necesario contar sus animales, porque decían que no solo querían llevarse los animales, sino también matar a los propietarios”.

Según los informes recibidos por la organización, en la última semana de octubre un total de 147 personas —entre ellas ocho mujeres embarazadas y 19 niños menores de cinco años— tuvieron que huir de dos pueblos de la frontera con Níger, que por razones de seguridad ACN no nombra, para no poner en peligro al resto de los habitantes. Los desplazados, que buscan refugio en Dori, la capital de la región del Sahel de Burkina Faso, explicaron que muchos de ellos habían sido identificados como cristianos y que los terroristas los buscaban expresamente para matarlos a causa de su fe.

Uno de los grupos que llegó a Dori estaba compuesto por 17 personas: nueve ancianos, una mujer y siete niños. Uno de los miembros del grupo dijo que habían salido en medio de la noche para no ser detectados, y que fue una verdadera odisea porque los extremistas los estaban buscando: “Lo terrible es que cuando alguien nos dio refugio, nos denunciaron como cristianos, y esto puso en peligro a la persona que nos había alojado. Tuvimos que dormir lejos de los pueblos. No todos los cristianos de la zona han podido huir. Estamos preocupados por la suerte de nuestros hijos y esposas que permanecen allí”.

Obispo Dabiré

El obispo Laurent Birfuoré Dabiré, de Dori, dijo a ACN que hay “ataques, secuestros y asesinatos en todo el país. Los terroristas secuestran a quien quieren, ejecutan a algunos y liberan a otros”.

Según el obispo, los terroristas controlan varias líneas de comunicación y además atacan con frecuencia a las fuerzas de defensa y seguridad: “El 31 de octubre, los terroristas hicieron retroceder a los autobuses regulares que iban de Dori a Ouagadougou, diciendo que a partir de ahora la carretera estaba bloqueada”, dijo a ACN. “Aunque el ejército patrulló después la carretera, la gente tiene miedo porque esto es solo intermitente, y los terroristas pueden volver en cualquier momento”.

“Dori corre el riesgo de quedar aislada del resto del país, y la situación no mejora. Es muy peligroso viajar en un vehículo privado o incluso en transporte público y la gente tiene miedo de ser detenida en el camino en un inesperado puesto de control terrorista. Por favor, recen por la triste y dramática situación de mi diócesis. El peligro aumenta sin cesar. Esperamos que los que no han conseguido salir de los pueblos en peligro puedan hacerlo con seguridad en los próximos días”, dijo el obispo.

En la diócesis de Dori, la mayor parte de la población es musulmana (95,2%); el 3,2% son seguidores de religiones tradicionales y el 1,6% son cristianos (1,22% católicos). En los últimos cinco años, ACN ha financiado 28 proyectos en la diócesis con más de $580 mil dólares para apoyar la labor pastoral de la Iglesia y poner en marcha programas de ayuda de emergencia para sacerdotes, religiosos y las familias de los catequistas desplazados.

—Maria Lozano