Manifestantes radicales saquean una iglesia en la capital de Chile

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“Dios no existe”. Grafiti en las puertas de la Iglesia de la Asunción.

UN GRUPO fuera de control, el 8 de noviembre, atacó y saqueó una iglesia católica en Santiago, la capital de Chile, que ha sido objeto de violentas protestas. El 10 de noviembre, el párroco de la Iglesia de la Asunción, el padre Pedro Narbona, habló con los feligreses que se habían reunido para rezar y comenzar la limpieza de la iglesia.

En un esfuerzo por consolar a los fieles, algunos de los cuales no pudieron contener sus lágrimas, el padre Pedro dijo: “La Iglesia está construida no tanto con materiales físicos, sino con las piedras vivas, que somos todos y cada uno de nosotros. Somos piedras vivas y esta es la verdad fundamental”. Instó a los presentes “a no caer en el ciclo de odio que solo puede terminar envenenando las almas”. La congregación celebró una sencilla ceremonia de expiación, durante la cual los fieles pudieron besar el crucifijo dañado y profanado y cantar himnos a la Virgen María, a la que se le dedica el mes de noviembre en Chile.

Vándalos encapuchados arrastraron bancos, estatuas e imágenes sagradas a la calle, destrozándolos y prendiéndolos fuego. También pintaron grafitis y eslóganes abusivos en las paredes interiores de la iglesia así como en sus puertas.

Esta no es la primera vez que una iglesia católica es atacada en Chile. El padre Narbona, que es el asistente eclesiástico de la sede chilena de Ayuda a la Iglesia que Sufre, informó que los vándalos habían intentado incendiar otra iglesia, pero que logró llamar a tiempo a los bomberos; la Iglesia de la Vera Cruz sufrió daños en su fachada. En las afueras de la capital se produjeron 2 ataques consecutivos a la Catedral de Valparaíso a finales de octubre, y otro a la Parroquia de Santa Teresa de los Andes, en Villa Alfredo Lorca, Punta Arenas.

“Estamos profundamente preocupados e insatisfechos por el giro que ha tomado la violencia en los últimos días. Hemos asistido a un nuevo acto de profanación contra una parroquia católica, lo que nos resulta aún más doloroso, como fundación pastoral católica”, comentó María Covarrubias, presidenta de Ayuda a la Iglesia que Sufre, de Chile.

“Pedimos sus oraciones en estos difíciles momentos para nuestro asistente eclesiástico y sus feligreses, por la paz en nuestro país y para que Dios convierta los corazones de quienes han cometido estos lamentables actos”, añadió en un mensaje a los donantes de iAyuda a la Iglesia que Sufre en todo el mundo.

En un vídeo publicado en el canal YouTube de la arquidiócesis, el administrador apostólico de Santiago de Chile, el arzobispo Celestino Aós, expresó su solidaridad con el padre Narbona y condenó la profanación de la Iglesia Parroquial de la Asunción. Este fue su mensaje: “A ti, querido padre, y a todos tus fieles católicos de la parroquia de la Asunción, quiero expresarles nuestra cercanía y solidaridad en su sufrimiento. A todos ustedes, queridos hermanos y hermanas en la fe, les repito las palabras del Apóstol: “No se dejen vencer por el mal, sino que venzan el mal con el bien”.

Al mismo tiempo, hizo un llamado a la paz: “Con toda la fuerza de nuestra voz, apelamos a todos nuestros compatriotas para que pongan fin a toda la violencia. Que aquellos que son engañados para creer en la aparente eficacia y el triunfo de la violencia, adopten en cambio el camino del diálogo y se comprometan en la búsqueda de soluciones a los problemas, presentando sus propias visiones”.

Los manifestantes salieron a las calles para protestar contra el alto costo de vida y la desigualdad de ingresos, el mes pasado. Los maleantes de la izquierda radical parecen haber secuestrado las manifestaciones.

—María Lozano