Misionera en Sudán del Sur: “La visita del Papa será muy importante para la paz”

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UNA MONJA MISIONERA COMBONIANA CON BASE EN WAU, SUDÁN DEL SUR, cree que la próxima visita del Papa Francisco al país más joven del mundo, prevista del 5 al 7 de julio, podría tener un efecto histórico en el proceso de paz.

“El Papa jugará un papel muy, muy importante. El Papa, las iglesias cristianas y todos los líderes cristianos locales, todos tenemos un papel muy importante que desempeñar en este momento de la historia de Sudán del Sur”, dijo la hermana Beta Almendra, en declaraciones a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).

“La gente cuenta con nosotros. Cuando hay violencia, inmediatamente se preguntan ¿dónde está la Iglesia? ¿dónde están los líderes? Dependen de nosotros, de nuestro apoyo, de nuestra ayuda, de nuestra oración y de todo lo que podamos hacer por la paz en este país”.

Con 52 años, Almendra es originaria de Portugal, y esta es su segunda experiencia misionera en África, tras haber servido durante seis años en Kenia. Llegó a Wau a principios de 2021, cuando la pandemia de coronavirus estaba en pleno apogeo. Dice que hay una enorme expectativa ante la visita del Pontífice, que se suma a todo lo que ya ha hecho el Papa Francisco para traer la paz y el fin de la violencia y la guerra en este país.

“Muchos de los habitantes de Sudán del Sur nunca han conocido otra cosa. Hay generaciones que han nacido en la guerra. Y la última guerra fue terrible, se destruyeron muchas cosas. Escuelas, infraestructuras, hospitales, iglesias, vidas, muchas mujeres y niños, y también se intentó eliminar a personas con cierta educación, personas que podrían convertirse en futuros líderes”.

Hermana Beta Almendra

En abril de 2019, el Papa Francisco asombró al mundo cuando se inclinó para besar los pies del presidente Salva Kiir y de sus vicepresidentes designados Riek Machar e Rebecca Nyandeng, que participaban en un retiro espiritual en el Vaticano. El gesto todavía se recuerda hoy en Sudán del Sur. La paz, sin embargo, sigue siendo frágil. “Hace solo unos días”, informó la misionera, “tuvimos un periodo de alta tensión, y la guerra estuvo a punto de empezar de nuevo. Uno de nuestros líderes eclesiásticos se dirigió al presidente y al vicepresidente y les preguntó: ‘¿No recuerdan lo que el Papa hizo por ustedes? Dijeron públicamente que había cambiado sus vidas, que no habría más guerra en Sudán del Sur’. Fue ese recuerdo, ese gesto, lo que llevó a estos líderes a alcanzar un nuevo acuerdo, a dialogar una vez más, a dar un paso más hacia la paz duradera”.

La próxima visita papal en julio llega en un momento muy importante para el país, con las elecciones previstas para diciembre. Sin embargo, por el momento toda la atención se centra en el Santo Padre y en asegurarse de que el viaje se desarrolle sin problemas. Para ver al Papa, la Hermana Beta tendrá que llegar a Juba, un viaje “caro y peligroso”, pero que ella “emprenderá con gusto”.

“Mi expectativa para este viaje es que la gente entienda que la paz es posible, que la paz es algo bueno, que es la única manera de desarrollar este país, para que las escuelas y los hospitales sigan funcionando, para que los sursudaneses crezcan como profesores, médicos, pilotos, ingenieros, y que puedan cuidar de su propio país, en paz”.

La visita del Papa también pondrá de manifiesto las dificultades de la Iglesia local, las necesidades básicas de la población y la ayuda urgente que necesitan muchos sectores de la sociedad. “La Iglesia en Sudán del Sur es muy dependiente de la ayuda externa. Hablando de la diócesis de Wau, hay que construir todo: seminarios, casas diocesanas, conventos, escuelas, hospitales. Se trata de invertir en estructuras que existían pero que fueron destruidas. Realmente dependemos completamente del exterior”. Para esta misión, como para el resto de necesidades de la diócesis de Wau, la monja portuguesa dice que cuenta con la ayuda de ACN y sus benefactores. “¡Contamos con ustedes!”

Ayuda a la Iglesia que Sufre lleva apoyando a Sudán del Sur desde 2015, financiando la construcción o reconstrucción de iglesias y centros pastorales, la formación de seminaristas y los gastos de manutención de sacerdotes y religiosos. Por ejemplo, actualmente ACN está ayudando a construir una residencia para sacerdotes en la parroquia de la catedral de Wau.

—Paulo Aido