El obispo nigeriano denuncia la inacción del Gobierno frente a los ataques de los fulani
“ESTA ES UNA BOMBA DE TIEMPO que amenaza con encender toda la región”. Así es como el obispo William Amove Avenya, de la Diócesis de Gboko, Nigeria, describió los continuos ataques a las comunidades cristianas por parte de los pastores fulani, en su mayoría musulmanes. En gran parte, los ataques tienen lugar en el llamado Cinturón Medio del país. La Diócesis de Gboko está ubicada en el Estado de Benue, de mayoría cristiana, que forma parte de esa área.
“Los miembros de la tribu fulani, armados hasta los dientes, están asesinando a mujeres embarazadas y niños y destruyendo nuestras pequeñas propiedades”, acusó el obispo, y señaló que las aldeas cristianas han sido objeto de violentos ataques de estos pastores nómadas y musulmanes de la región del Sahe, desde el año 2010. Los atacantes tienen armamento moderno, lo que hace sospechar que los pastores reciben apoyo externo. El resultado ha sido la muerte de miles de personas y la evacuación forzosa de numerosas comunidades. “Los fulani se han cobrado muchas más víctimas durante el año 2018 que Boko Haram, pero nadie está haciendo nada al respecto”, dijo el obispo Avenya.
También dijo que las autoridades nigerianas no están tomando las medidas necesarias para hacer frente a la violencia. Denunció el silencio tanto del Gobierno como de los medios de comunicación. Acusó a los políticos de la Unión Europea de estar “mal informados sobre la situación en nuestro país y sobre la amenaza que representan los fulani, que han recibido armas modernas que no utilizan los simples pastores. Tenemos que preguntar quién está detrás de esto”.
A principios de este otoño, el obispo Avenya hizo un llamado la comunidad internacional, instándola a “no esperar a que ocurra un genocidio antes de intervenir”. Además, la Conferencia de Obispos Nigerianos ha pedido en numerosas ocasiones al presidente del país, Muhammadu Buhari, que ofrezca garantías efectivas para la seguridad de su pueblo o, si no puede hacerlo, que renuncie. Mientras tanto, la violencia continúa y el presidente Buhari se presenta a otro mandato, con elecciones previstas para febrero de 2019.
“La Iglesia continúa tratando de curar las heridas”, dijo el obispo Avenya, y añadió: “No hemos perdido la esperanza, pero necesitamos ayuda”.
—Thomas Oswald y Maria Lozano