Obispo nigeriano teme lo peor de los ataques de los pastores fulani
“POR FAVOR no cometas el mismo error que se cometió con el genocidio de Ruanda. Sucedió bajo nuestras narices, pero nadie lo detuvo. Y sabemos bien cómo terminó”. Estas son las palabras del obispo William Amove Avenya, de la Diócesis de Gboko, en el Estado de Benue, Nigeria, donde los cristianos forman la mayoría de la población.
Es el último de los obispos del Cinturón Medio de Nigeria que ha levantado la voz para denunciar lo que es un fenómeno cada vez más preocupante: los ataques de los pastores islamistas fulani a los cristianos de la región. En los últimos días, se han producido nuevos ataques en la zona de Jos, la capital del Estado de Plateau, donde han muerto más de 100 personas.
Los pastores fulani han pastoreado sus rebaños en partes del Cinturón Medio de Nigeria durante siglos y siempre ha habido enfrentamientos ocasionales con los campesinos locales, la mayoría de los cuales son cristianos y cuyos cultivos fueron frecuentemente pisoteados e incluso destruidos por los rebaños. Pero mientras que en el pasado estos conflictos eran generalmente de naturaleza tribal o impulsados por la economía, hoy en día parecen haberse convertido en problemas de carácter religioso.
Según los datos oficiales, desde principios de año hubo 492 víctimas solo en el Estado de Benue. “Son criminales y terroristas, pero no hacen lo mismo en las zonas de mayoría musulmana”, acusa el obispo Avenya, y añade: “Estamos convencidos de que lo que está sucediendo es una limpieza étnica de los cristianos”.
El obispo Peter Iornzuul Adoboh, de la Diócesis de Katsina Ala (Estado de Benue) y el obispo Matthew Ishaya Audu, de la Diócesis de Lafia (Estado de Nassarawa) creen que hay una “clara agenda de islamización del Cinturón Medio nigeriano”, un plan que está haciendo uso de los pastores fulani. “Su objetivo es atacar a los cristianos —explica el obispo Audu— y el Gobierno no hace nada para detenerlos, porque el propio presidente Buhari es miembro de la tribu”.
A las sospechas de complicidad por parte del Gobierno se añade no solo la inactividad de la policía federal, sino también el hecho de que estos pastores tienen armas cada vez más sofisticadas.
“En un momento dado, estos pastores estaban armados solo con palos —explica el obispo Avenya—, pero ahora tienen armas caras (AK-47) que no podrían comprar. Entonces, ¿quién las suministra? Y además, en estas áreas hay puntos de control en cada milla y media. ¿Es posible que hombres armados y su ganado de alguna manera se hayan vuelto invisibles?”.
El 22 de mayo de 2018, todas las diócesis de Nigeria participaron en una marcha de protesta en la que le pedían al Gobierno que protegiera a los cristianos. El obispo Avenya insiste: “Nuestros fieles están siendo asesinados o forzados a vivir refugiados como resultado de la violencia. Y Occidente sigue considerando el asunto de los fulani como un mero problema interno. No hagan lo que hicieron con Ruanda, ¡no esperen a que ocurra un genocidio para intervenir!”.
—Marta Petrosillo