Pakistán: Justicia para las víctimas de Jaranwala

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En una conversación con Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), el obispo Samson Shukardin, presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Pakistán, elogió la decisión del Tribunal Supremo de rechazar un informe del gobierno sobre la respuesta oficial a los atentados de Jaranwala del pasado agosto, que fueron descritos por los líderes de la Iglesia como el “peor incidente contra cristianos” en la historia del país. En un solo día fueron incendiadas más de 25 iglesias y hasta 100 hogares cristianos.

Qazi Faez Isa, presidente del Tribunal Supremo de Pakistán, calificó el informe de “[digno] del cubo de la basura”. Según el Tribunal, el informe carecía de información relevante, como detalles de las detenciones, y los organismos de investigación no parecían decididos a llevar a los autores ante la justicia.

En una vista del Tribunal Supremo sobre el informe, un funcionario de justicia de Punjab declaró que, tras 304 detenciones, solo se habían registrado 22 casos y se habían recopilado solo 18 actas de acusación. El tribunal ordenó que se presentara un nuevo informe en el plazo de dos semanas, advirtiendo a las autoridades de que podrían ser suspendidas si no llevaban a cabo a fondo sus investigaciones.

En su entrevista con ACN, el obispo Shukardin, que dirige la diócesis de Hyderabad, en la provincia de Sindh, calificó la reacción del Tribunal Supremo al informe del Gobierno de “muy positiva para nosotros como cristianos. Es la primera vez… que el Tribunal Supremo se toma este asunto tan en serio”. La decisión del Tribunal se produce en medio de informes sobre una ruptura generalizada de la confianza entre la policía y la comunidad cristiana de Pakistán.

Daños en Jaranwala

Los líderes eclesiásticos afirman que la gente está desilusionada como consecuencia de los retrasos de la justicia. Existe el temor de que la policía no se comprometa a proteger a los cristianos y otras minorías en peligro. Un líder religioso declaró a ACN: “En Jaranwala han perdido la confianza en la policía. Cada vez que hay un incidente, la policía detiene a la gente – incluso a los cristianos – pero no pasa nada”.

El obispo Shukardin dijo que otro rayo de esperanza procedía de la población de Jaranwala, incluidos los musulmanes, que utilizaron las redes sociales para compartir información sobre la atrocidad, así como fotografías y vídeos de la misma. “La población local fue la primera en dar la noticia. En otras palabras, llevaron la noticia, se la contaron a la gente y les mostraron la realidad. Esta vez, la gente de a pie estuvo de acuerdo en que esto no debería estar ocurriendo”.

Los comentarios del obispo Shukardin se producen tras la presentación el mes pasado en el Parlamento británico de Persecuted Yet Again, un informe sobre el incidente de Jaranwala y sus consecuencias. Perseguidos una vez más, elaborado por la Comisión Católica Nacional de Justicia y Paz de Pakistán, muestra que la violencia estaba planeada, que la policía tardó en reaccionar y que los musulmanes locales defendieron a los cristianos de sus agresores.

El informe se elaboró en colaboración con ACN Reino Unido, que organizó el acto. La reunión estuvo presidida por Lord Alton de Liverpool, y el arzobispo de Lahore, Sebastian Shaw, presentó un análisis de la atrocidad.

—John Pontifex