Pakistán: por fin se hace justicia

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Un hombre cristiano de Pakistán, que languideció en la cárcel durante casi ocho años, ha sido puesto en libertad tras ser absuelto de los cargos de blasfemia por un tribunal de Lahore.

Humayun Allahrakha (antes conocido como Humayn Faisal Masih), que ahora tiene 32 años, estaba quemando periódicos en Sanda, localidad del distrito de Lahore, en mayo de 2015, cuando unos curiosos musulmanes le acusaron de blasfemia, alegando que los periódicos contenían versículos del Corán.

 

Cientos de personas huyeron para salvar sus vidas después de que una turba islamista que se contaba por miles se lanzara al ataque, atacando hogares y lugares de culto cristianos, incluida la iglesia católica local de San José.

El Sr. Allahrhaka, limpiador de calles, fue detenido por la policía antes de que la turba tuviera ocasión de lincharlo, pero fue acusado en relación con el artículo 295B del Código Penal de Pakistán, que castiga con cadena perpetua la profanación del Corán.

La National (Catholic) Commission for Justice and Peace (NCJP), organización católica de defensa de los derechos humanos, luchó para demostrar la inocencia de Allahrakha y, finalmente, el Tribunal de Distrito y de Sesiones de Lahore lo absolvió. El padre Emmanuel “Mani” Yousaf, director nacional del NCJP, declaró a la organización Iglesia que Sufre (ACN): “Es una cuestión de vida o muerte poder ayudar a los acusados en estas situaciones”.

Padre Emmanuel Yousaf

Al dar detalles del incidente que condujo a su condena, el padre Yousaf dijo que el Sr. Allahrakha tenía problemas de salud mental y utilizaba el periódico para fumar estupefacientes: “Era drogadicto, estaba sentado con sus amigos en un lugar sucio. Se hizo con un trozo de papel y lo utilizó para fumar drogas. Parte del papel contenía versículos del Corán. Pero el hombre es analfabeto. No sabía lo que hacía”.

El padre Yousaf rindió homenaje a los abogados que, según dijo, habían trabajado incansablemente para demostrar la inocencia del Sr. Allahrakha, destacó la importancia de que Allahrakha abandonara la cárcel lo antes posible tras la absolución: “Queríamos asegurarnos de que no se quedara ni un día más en la cárcel. Allí no habría estado seguro”.

El sacerdote rindió homenaje a ACN y a su apoyo a la NCJP, que ofrece apoyo jurídico y paralegal a los cristianos acusados de blasfemia y sensibiliza a la comunidad local sobre cuestiones de justicia: “ACN siempre ha sido muy útil a la hora de apoyar la NCJP. La organización benéfica ha sido muy buena amiga nuestra”.

—John Pontifex