Los restos de los cristianos sirios secuestrados finalmente son puestos a descansar

Compartir esta noticia:

Por ACN

NUEVA YORK – Los restos de 5 cristianos secuestrados por los rebeldes yihadistas hace 4 años en la ciudad cristiana de Maaloula han sido por fin enterrados en su ciudad natal. Una ceremonia solemne tuvo lugar el 25 de abril de 2017.

El patriarca Gregorio III dirige la procesión de la misa del funeral, foto de ACN

Más temprano ese día, el patriarca católico melquita Gregorio III celebró una misa funeral en un barrio de Damasco. Fuentes del Patriarcado Católico Melquita dijeron a la organización benéfica católica internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre que los restos de los 5 cuerpos fueron descubiertos hace 3 meses en una cueva en la región libanesa de Irsal, que limita con Siria.

Las pruebas de ADN confirmaron que los cuerpos pertenecían a 5 de los 6 cristianos que habían sido secuestrados el 7 de septiembre de 2013 por Jabhat al-Nusra, una de las facciones rebeldes involucradas en el conflicto de Siria. El sexto cautivo sigue desaparecido. 4 de los 5 pertenecían a la Iglesia melquita y uno a la Iglesia ortodoxa griega. Sus nombres son Ghassan Shanis, Dawoud Milaneh, Chadi Taalab, Atef Kalloumeh y Jihad Taalab. El sexto es Moussa Shanis.

En su homilía, el patriarca Gregorio III dijo: “No hay amor más grande que el de darse a sí mismo por sus seres queridos. Jesucristo dio su vida por nosotros; nuestros mártires dieron sus vidas por amor a su Dios y Señor Jesucristo que murió en la cruz y volvió a la vida por nosotros”.

El padre Toufic Eid, párroco de Maaloula, describió la calma del cortejo fúnebre desde Damasco a Maaloula: “En la tradición popular siria el pueblo canta y grita para expresar su dolor, pero en esta ocasión los dolientes se abstuvieron de hacerlo; en cambio, un profundo, respetuoso y doloroso silencio acompañó los ataúdes mientras eran llevados en los hombros de familiares y amigos”.

Maaloula, una de las últimas comunidades del mundo donde el arameo sigue siendo la lengua principal, se encuentra a unas 40 millas de Damasco. Entre septiembre de 2013 y abril de 2014, la ciudad fue asediada, atacada y finalmente capturada y ocupada por las facciones rebeldes sirias.

El padre Toufic reflexionó: “¿Cómo ayudar a la gente a perdonar? El perdón es una parte integral de nuestra fe, sin embargo es muy difícil, lleva tiempo. Y yo les digo que no es por el bien de los demás, por el bien de la otra persona. Tenemos que recorrer el camino del perdón por nuestro propio bien, por nuestra relación con Dios. Tenemos que perdonar, porque si no lo hacemos, tenemos un pacto con el mal, nuestro corazón se llena de odio y se vuelve ciego. El mal busca prevalecer dentro de nuestros corazones, y tenemos que luchar contra esto”.

Desde hace 6 años, un amargo conflicto está devastando Siria. Unas 6,3 millones de personas han sido desplazadas y 13,5 millones dependen ahora de la ayuda humanitaria. Esto es aproximadamente dos tercios de la población del país. Además, cerca de 5 millones de personas están registradas oficialmente como refugiados en los países vecinos. Muchos de los niños más pequeños no han conocido más que la guerra y el exilio de sus hogares.

Ayuda a la Iglesia que Sufre está apoyando a 1.500 familias de refugiados que viven en las zonas rurales que rodean Damasco, con un paquete mensual de alimentos y otros elementos para sus necesidades básicas durante los próximos 3 meses, a un costo aproximado de 42 dólares por familia al mes.