Rosarios, libros y 30 bicicletas para un apostolado en Tanzania
En 2017, los católicos de todo el mundo celebraron el centenario de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima, Portugal. En 6 ocasiones, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, la Madre de Dios se apareció a 3 niños pastores y les dio un mensaje para todo el mundo. Les dijo que la oración —especialmente el Rosario—, la penitencia y la conversión interior eran los medios para evitar la guerra y el desastre en el mundo, y que los hombres debían dejar de ofender a Dios con sus pecados. El 13 de octubre de 1917, una multitud de 70.000 personas fue testigo de un milagro en el que el sol, que estaba encima de ellas, empezó a girar rápidamente y luego se sumergió en zigzag hacia la Tierra, antes de volver a su lugar. Las apariciones de Fátima han sido reconocidas por la Iglesia, y varios de los Papas han visitado desde entonces el santuario.
Muchos fieles católicos, en todos los continentes, han respondido al llamado de Nuestra Señora, consagrándose a su Inmaculado Corazón, rezando el rosario y esforzándose por amar mejor a Dios. Entre ellos, hay muchas personas en África. En la Diócesis de Ifakara, en Tanzania, que solo lleva 5 años de existencia, ya existe un animado apostolado de Fátima, dirigido por la hermana Eufrasia. Su objetivo es difundir el mensaje de Fátima entre las familias de las 23 parroquias de la diócesis, animando al rosario y a la gente a que se sirva de los Sacramentos, especialmente del Sacramento de la Penitencia. También quieren fomentar un espíritu de caridad activa con el prójimo para vivir esta fe en hechos prácticos.
La mayoría de las parroquias de la diócesis se encuentran en zonas rurales e incluyen numerosos pueblos periféricos. Hasta hace poco tiempo, escaseaban los materiales necesarios, como rosarios y folletos. Ahora, gracias a la generosidad de nuestros benefactores, hemos podido entregar la suma de 1.700 dólares para los rosarios y otros artículos y 1.900 dólares para 30 bicicletas, para que los catequistas puedan visitar más fácilmente los numerosos pueblos. Gracias a esta ayuda, el apostolado de Fátima en la diócesis ha recibido un nuevo impulso y ha podido extenderse aún más.
Sor Eufrasia nos escribió para darnos las gracias: “Queridos hermanos y hermanas, queremos agradecerles su gran apoyo, que ha permitido que nuestro apostolado sea muy activo. Hemos organizado un seminario para los líderes de la comunidad de las diferentes parroquias. Y, después de eso, en presencia de nuestro obispo y los sacerdotes, distribuimos los diferentes artículos de devoción”.
“¡Rezamos por ustedes! ¡Que la Virgen continúe intercediendo por todos nosotros!”.
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