Sacerdote iraquí: El Papa y el Gran Ayatolá son pacificadores

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EN UN ENCUENTRO HISTÓRICO el 6 de marzo, el Papa Francisco se reunió con uno de los líderes espirituales musulmanes chiítas más influyentes de Irak, el Gran Ayatolá al-Sistani.

Esta reunión, dice un sacerdote iraquí y experto en el Islam chiíta, es innovadora, no sólo porque nunca ha ocurrido antes, sino por su simbolismo. “Ambos hombres tienen un papel importante en la paz y la estabilidad”, afirma el sacerdote católico iraquí Ameer Jaje, OP, director de la Sección Árabe de la Universidad Internacional Dominicana de París, oriundo de Qaraqosh, en Irak. Dirigió la organización del viaje del Papa a la ciudad de Ur, lugar de nacimiento de Abraham, también el 6 de marzo.

Exterior de la iglesia de Nuestra Señora de la Salvación, Bagdad, 6 de marzo de 2021
Exterior de la iglesia de Nuestra Señora de la Salvación, Bagdad, 6 de marzo de 2021

“Al-Sistani, por ejemplo, entre 2006 y 2008 fue una importante fuerza de paz durante la guerra civil del país. Incluso emitió una fatwa en la que pedía el fin del ciclo de la violencia”, dice el fraile, “a pesar de un bombardeo contra la mezquita más importante de Samarra, al-Sistani prohibió el derramamiento de sangre iraquí como respuesta”: Cristianos, chiítas o sunitas. Si hubiera sido cualquier otro líder, la situación podría haber sido mucho peor”.

Sin embargo, el Papa y al-Sistani no firmaron una declaración de Fraternidad Humana, como sí hizo el Papa con un importante líder suní en 2019. Aunque se había especulado con la posibilidad de que la pareja firmara un documento de este tipo, el padre Jaje dijo a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) que no había habido tiempo suficiente para organizar tal esfuerzo. Dicho documento podría llegar más tarde. “No es porque no quieran hacerlo. Era solo una cuestión de tiempo”, dijo. “El simbolismo de esta reunión, sin embargo, valdrá más que cualquier firma”.

Para la atribulada minoría cristiana de Irak, esta reunión representa una esperanza de que el país, dominado por las milicias chiíes, abrace el pluralismo y la diversidad. Al-Sistani es venerado por muchos musulmanes chiítas iraquíes, pero el padre Jaje admite que existe una división. Alrededor del 70 por ciento del país abraza la tendencia del ayatolá hacia la separación de la religión y el Estado. El 30% restante de los musulmanes chiítas iraquíes, sin embargo, se inclina por una interpretación del Islam chiíta más cercana a la del Irán teocrático, el influyente vecino del país. “El verdadero problema es este 30%”, dice. “Utilizan el islam como herramienta política”.

Los cristianos de Bagdad esperan que la visita del Papa salve a su comunidad del borde de la extinción. Un funcionario de la Iglesia dijo a la ACN que el número de católicos en Bagdad no era más que unos pocos cientos, después de años de amenazas y bombardeos.

En un evento papal en Bagdad en la Iglesia de Nuestra Señora de la Salvación, lugar de un atentado terrorista en 2010, el número de asistentes a un lugar de observación para la población cristiana local era de unos 500. Estas cifras suponen un drástico descenso respecto a 1979, cuando el 14% de la ciudad era cristiana, una cifra lo suficientemente alta como para que la mayoría de los bagdadíes de entre 40 y 50 años puedan recordar a los niños cristianos que asistían a sus escuelas junto a ellos.

Waffa, una mujer sirio-ortodoxa de Bagdad que tiene pocos amigos y familiares en la ciudad, dijo a ACN que la visita del Papa le da esperanza. “La vida es dura aquí en Bagdad. Por ejemplo, la gente me mira de forma prejuiciosa por no llevar el hijab, y en los últimos años ha habido amenazas contra los cristianos. Pero el problema no es el pueblo iraquí: son los partidos religiosos”.

Por ahora, el mayor reto al que se enfrentan los cristianos de Bagdadi es menos la preocupación inmediata por la seguridad, sino la falta de aceptación local y la necesidad de esperanza. Si los intentos del Papa Francisco de tender puentes con los líderes musulmanes dan algún fruto, pueden tener el efecto muy real de salvar a una comunidad que lucha por asegurar su futuro.

—Xavier Bisits