Secretario de Estado del Vaticano, exigiendo respeto a los derechos de los cristianos iraquíes, cita su papel crucial en la región
Por Maria Lozano
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EL CARDENAL Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, ha llamado a la comunidad mundial a “facilitar el retorno y garantizar la protección” de los cristianos iraquíes que reclaman sus casas y propiedades en las Llanuras de Nínive. Más de 100.000 cristianos huyeron de allí hacia Kurdistán cuando ISIS invadió el territorio en el verano de 2014.
El cardenal Parolin habló en una conferencia para donantes y medios de comunicación que organizamos el 28 de septiembre de 2017, en Roma, dedicada a las necesidades de los cristianos de las Llanuras de Nínive.
Su difícil situación es una de las principales preocupaciones de la Santa Sede que, como subrayó el cardenal, “no ha perdido ninguna oportunidad de hablar en nombre de estos cristianos, reiterando en numerosas ocasiones la necesidad de facilitar su retorno y de garantizar medidas adecuadas de protección y respeto de sus derechos”.
El secretario de Estado expresó su gratitud por “el apoyo prestado por Ayuda a la Iglesia que Sufre en los 3 años transcurridos desde la invasión de ISIS, que ha permitido a las numerosas familias cristianas desarraigadas soportar esta situación con dignidad y seguridad”. Las familias pasaron los últimos 3 años acogidas por la Arquidiócesis Caldea de Erbil, Kurdistán, donde las apoyamos, junto con otras organizaciones católicas.
Al decir que “se ha hecho mucho, pero queda mucho por hacer”, el cardenal pidió apoyo para el programa de reconstrucción de Nínive llamado “Regreso a las raíces”. El cardenal se refirió a “este llamado ‘Plan Marshall’ para las Llanuras de Nínive, [como] otra señal más de la preocupación que ha mostrado, con un sentido de urgencia y con notable eficiencia y organización”.
Más allá de la urgencia de la reconstrucción edilicia de las Llanuras de Nínive, el cardenal dijo: “Existe la obligación más importante de reconstruir la sociedad iraquí y consolidar una coexistencia armoniosa y pacífica. Aquí, los cristianos tienen la posición específica de ser artesanos de la paz, la reconciliación y el desarrollo”.
El patriarca caldeo Louis Raphael I Sako, otro de los oradores principales de la conferencia, denunció el “genocidio” de los cristianos en Irak, cuyo número ha disminuido en los últimos años de 1. 5 millones de personas a menos de 500.000: “La verdadera razón de esta discriminación es el odio de los perseguidores musulmanes radicales hacia los cristianos, que los ha llevado a eliminar nuestro patrimonio, destruir nuestros hogares e incluso apartarnos de la memoria de la historia iraquí”, dijo el patriarca, y añadió: “Esto es un genocidio por todos los medios posibles”.
El patriarca Sako les pidió ayuda a los líderes mundiales: “Instamos a los responsables a que tengan una mente seriamente abierta. Los Estados Unidos de América tienen especialmente la responsabilidad moral de ‘diagnosticar’ la realidad de lo que está sucediendo en Irak y en la región”.
El patriarca caldeo destacó 5 esferas de preocupación que exigen una acción inmediata: el apoyo educativo, el apoyo político, la seguridad y la estabilización de las zonas liberadas, la asistencia humanitaria y la derrota del fundamentalismo y el terrorismo.
El nuncio papal para Jordania e Irak, el arzobispo Alberto Ortega Martín, esbozó la “compleja situación de la región”, señalando en particular el referéndum de Kurdistán del 25 de septiembre de 2017 sobre la independencia de Irak. El voto por el “sí” ganó de manera abrumadora, creando tensión en la región que bien puede impactar en el regreso de los cristianos a las Llanuras de Nínive, territorio que se encuentra a ambos lados de la frontera entre Irak propiamente dicho y Kurdistán.
El arzobispo recordó la importancia de los cristianos en la región e hizo un llamado a todas las personas para que “se comprometan a proteger a las minorías religiosas y, al mismo tiempo, patrocinen la ayuda para el desarrollo y la promoción de la paz”. Esto ayudaría “a llegar a la raíz de la situación y contribuiría a prevenir la crisis de la emigración”, dijo.
La conferencia fue “un llamado a la comunidad internacional —políticos, empresarios, embajadores y otras organizaciones— en un momento crucial para hacer posible el retorno de los cristianos a sus hogares ancestrales”, dijo Philipp Ozores, secretario general de nuestra organización. “Ahora es el momento de ayudar. Estamos trabajando con benefactores de todo el mundo para apoyar a nuestros hermanos y hermanas iraquíes y mantener viva su esperanza. Pero la acción de los Gobiernos es indispensable para llevar la reconstrucción a una escala mayor y garantizar los derechos de los cristianos. Somos conscientes de que Irak sigue atravesando un momento difícil. Pero estamos seguros de que si no ayudamos a los cristianos de Irak hoy, no habrá necesidad de hablar de este tema mañana”.