Sierra Leona: “sacaron a Dios de la solución cuando Dios es la solución”

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EN SIERRA LEONA, LOS MÉDICOS Y CIENTÍFICOS que se ocuparon en el inicio de la pandemia del COVID-19 y adaptaron algunas medidas utilizadas durante la epidemia de ébola para evitar que se repitiera la tragedia que mató a 3.590 personas entre 2014 y 2016 traumatizando al país.

El padre Peter Konteh, director de Cáritas en Freetown (Sierra Leona), declaró recientemente a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) que “entre las medidas que se tomaron rápidamente estaba el confinamiento de los infectados y la cuarentena de las personas con las que habían estado en contacto.” El país fue también uno de los primeros en imponer restricciones a los viajes aéreos y confinar por la fuerza a los viajeros. El sacerdote también señaló que “con el ébola fue mucho más difícil concientizar a la población, ya que muchos no creían en el virus y murieron por no obedecer las medidas de seguridad. Ahora con el COVID-19 las cosas son diferentes: si le dices a la gente que se ponga una mascarilla, te hacen caso porque conocen las consecuencias”.

El sacerdote recordó el que fue para él uno de los momentos más oscuros de la epidemia de ébola, cuando uno de los catequistas de su parroquia cayó enfermo. Él y otro sacerdote le hicieron una visita porque hacía tiempo que no sabían nada de él. Al llegar, la hija de ocho años del catequista salió a saludarle porque, según dijo, su madre y su padre “estaban dormidos”. La niña le tendió la mano, pero no pudieron estrecharla porque sabían que el virus era muy contagioso. “He tenido pesadillas sobre ese momento”, dijo el padre Peter. “Ella era incapaz de entender. La ayudamos como pudimos, llevándole agua, comida Llamamos a una ambulancia, pero ya estaban muertos”.

Padre Konteh

Esta historia muestra la diferencia entre los dos virus. Según el padre Peter, el Ébola era mucho más agresivo: “El COVID-19 es más conocido, pero el Ébola era más contagioso. Si un miembro de la familia tiene el coronavirus puede sobrevivir, con el ébola era mucho más difícil”, explicó. “Vimos morir a familias enteras, incluida una familia de 27 miembros”.

Algunas de las medidas de seguridad impuestas por el gobierno en el intento de frenar la pandemia del COVID-19 han afectado directamente al culto público, especialmente a las celebraciones comunitarias como la misa. El socio del proyecto de ACN explicó que las “medidas fueron injustas porque cerraron las iglesias, incluso cuando tomamos precauciones como el distanciamiento social, la reducción de la capacidad, el aumento del número de misas, mientras que los restaurantes, las escuelas, etc., permanecieron abiertos”. Para el sacerdote, “el gobierno no entendió la importancia de la misa, porque Dios nos habla a través de la Palabra, y la Eucaristía es importante para la fe. Sacaron a Dios de la solución cuando Dios es la solución”.

Durante todo este tiempo, los sacerdotes llevaron la Eucaristía a los hogares para que todos pudieran participar. Así, a pesar de las dificultades, “uno de los aspectos positivos del cierre de las iglesias fue que nos acercó mucho a los fieles. Conocimos a sus familias y estuvimos en sus casas. Esto acercó mucho a la gente”, dijo el sacerdote. “Llevar a Cristo a la gente es el principal trabajo de un sacerdote, así que eso es lo que hicimos”.

La actual emergencia sanitaria provocada por el coronavirus ha dejado al descubierto algunas injusticias, como las brechas sociales. Según el padre Peter, “necesitamos una solución global” para esta crisis, ya que “las vacunas van a los países ricos y a la gente rica, no a todo el mundo”. Según el sacerdote, cuando las vacunas llegan “la vacunación se hace por edad pero también por clase social. El mensaje final es que los pobres van a morir”.

El director de Cáritas Freetown se ha manifestado en contra de estas discrepancias ya que todo el mundo debería tener acceso a la ayuda. “La vida humana es vida humana y cada persona es única. Cada uno es especial para Dios, no importa la edad, el dinero o el color de la piel”.

“El ébola fue un gran reto, sobre todo porque era desconocido en el mundo. La investigación científica mundial que se hizo para el COVID-19 no se hizo para el ébola, especialmente porque estaba contenido en una zona concreta, nuestra región”, dijo el sacerdote. “El coronavirus, en cambio, está en todas partes. Se han desarrollado vacunas porque los científicos han trabajado sin descanso para encontrar una respuesta”.

Para concluir, el padre Peter Konteh pronunció unas palabras de agradecimiento a ACN. “No puedo terminar sin expresar mi sincero agradecimiento a Ayuda a la Iglesia que Sufre y a sus benefactores por su apoyo y solidaridad. Más allá del apoyo financiero, nos sentimos una familia en la fe. La gente reza por nosotros en diferentes partes del mundo. En medio de las dificultades, sabemos que la gente reza por nosotros y ayuda a Sierra Leona”.

—Maria Teresa Diestra