Siria: los sucesores de los obispos secuestrados viven con esperanza

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El metropolita Ephrem Maalouli y el arzobispo Boutros Kassis, que dirigen las comunidades ortodoxa griega y ortodoxa siria de Alepo (Siria), insisten en que los cristianos viven con esperanza y siguen sintiendo la presencia y la inspiración de sus dos predecesores, secuestrados por militantes islamistas hace 10 años.

Los cristianos de Siria, y más concretamente de la ciudad de Alepo, conmemoraron el 15 de abril el décimo aniversario del secuestro de dos arzobispos, a pesar de no disponer aún de información fiable sobre su paradero o sobre si siguen con vida.

Los respectivos sínodos nombraron a sus sucesores hace varios años, pero ninguno de ellos, ni las comunidades en su conjunto, están dispuestos a abandonar la esperanza de que sus hermanos secuestrados les sean devueltos con vida. “No tenemos ninguna información, ni positiva ni negativa, así que vivimos con nuestra esperanza. La gente vive con la esperanza de que los dos obispos regresen, porque los quieren”, declaró el metropolita Ephrem Maalouli, de la Iglesia Ortodoxa Griega, en un mensaje a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).

El obispo sirio ortodoxo Youhanna Ibrahim (d) y el obispo greco ortodoxo Boulos Yazji

Su homólogo sirio ortodoxo, el arzobispo Boutros Kassis, dijo a ACN que a menudo se le presiona para que diga si cree que los dos clérigos secuestrados están vivos o muertos, pero siempre se niega. “No especularemos sobre su suerte, aunque muchos intenten empujarnos a esta situación, ya que creemos que ‘vivir es Cristo y morir es ganancia’. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor. Vivamos o muramos, pertenecemos al Señor”.

Los arzobispos Paul Yazigi, de la Iglesia Ortodoxa Griega, y Youhanna Ibrahim, de la Iglesia Ortodoxa Siria, viajaban juntos el 22 de abril de 2013, cuando su vehículo fue detenido por presuntos militantes islamistas. Su conductor, un diácono sirio ortodoxo, murió en el acto, pero los dos jerarcas fueron secuestrados y no se ha vuelto a saber de ellos.

Mientras tanto, el obispo Paul Yazigi, el obispo Youhanna Ibrahim y otros secuestrados, torturados o incluso asesinados por su fe en los últimos años, siguen inspirando a los cristianos de Oriente Próximo. “Nuestros arzobispos desaparecidos, sacerdotes y todos aquellos que han sido secuestrados son un estandarte para que avancemos soportando penurias y dificultades. Tendamos la mano a todos ellos y recemos con el corazón lleno de esperanza y expectación”, exhortó el obispo sirio ortodoxo.

A pesar de su prolongada desaparición, el arzobispo Kassis afirmó que los cristianos de Alepo siguen sintiendo la presencia de los dos obispos. “Hoy, nuestros Arzobispos desaparecidos nos preguntan cómo somos, cómo vivimos, qué espíritu habita en nosotros, y si estamos dispuestos a dar razón de la esperanza que hay en nosotros. Esta esperanza nos hace fuertes ante las dificultades y las pruebas con Jesucristo, nuestro Señor, que nos ha dicho: “En este mundo tendréis dificultades, pero confiad, yo he vencido al mundo”. Sí, Cristo ha vencido al espíritu del mundo y ha quebrantado el poder de la muerte, rechazando la autoridad del diablo. A nosotros nos toca tomarle de la mano, para que sigamos resistiendo y venciendo”.

Esa resistencia y esa esperanza siguen siendo necesarias hoy en Siria. Tras más de una década de conflicto —y contando—, una crisis financiera paralizante y un desastroso terremoto en febrero que afectó gravemente a Alepo, muchos no tienen otro lugar al que acudir en busca de ayuda que a la Iglesia.

“No estamos en una buena situación, sobre todo en lo que respecta a la salud financiera de los cristianos y de las iglesias de Siria. La gente espera que la situación mejore y que la Iglesia les ayude, y eso es porque ACN nos ha estado ayudando durante muchos años y sigue haciéndolo. Gracias, gracias a los donantes, ¡y gracias a todos!”, dijo el Metropolita greco-ortodoxo.

—Filipe d’Avillez