Un obispo electo es tiroteado en Sudán del Sur

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El recién nombrado obispo de la diócesis de Rumbek, en Sudán del Sur, el padre comboniano italiano Christian Carlassare, recibió varios disparos por parte de desconocidos en la noche del 25 al 26 de abril, según informaron fuentes locales a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).

El incidente se produjo a altas horas de la noche y los indicios apuntan a que se trató de un ataque selectivo y planificado contra el misionero comboniano que iba a ser instalado como obispo de Rumbek el 23 de mayo. El futuro obispo recibió varios disparos en las piernas y perdió mucha sangre, pero su vida no corre peligro. La diócesis de Rumbek, en el centro del país, llevaba casi diez años sin obispo.

Según informaron los superiores de los misioneros combonianos en Italia, el propio Carlassare les llamó por teléfono para informarles de que su situación era estable: “Rezad no tanto por mí, sino por la gente de Rumbek, que está sufriendo más que yo”.

Kinga Schierstaedt, responsable de proyectos para Sudán del Sur en ACN, explicó que “los años de conflicto armado han hecho que los sursudaneses sean cada vez más vulnerables”. En las peticiones que recibe ACN para ayudar a la Iglesia local, “nos dicen que sufren inseguridad alimentaria y epidemias; no solo el COVID, sino también el cólera”. Sudán del Sur se enfrenta a grandes retos atribuidos a los conflictos civiles, a las catástrofes naturales recurrentes, como las inundaciones, y al colapso económico. Actualmente la temporada de lluvias, las inundaciones y las langostas han empeorado aún más las condiciones de vida de millones de sursudaneses”, dijo.

El obispo electo Carlassare (foto cortesía de los Padres Combonianos)
El obispo electo Carlassare (foto cortesía de los Padres Combonianos)

En Sudán del Sur coexisten varias tribus, pero históricamente siempre han luchado por el ganado, símbolo de riqueza. Las terribles guerras y conflictos que ha sufrido el país han traumatizado a la población.

Todavía se están investigando los motivos del ataque. Aunque los fieles de la diócesis celebraron con alegría la llegada de su nuevo obispo, se considera que la rivalidad étnica es una de las posibles razones del ataque. El obispo electo Carlassare llevaba varios años trabajando como misionero en la vecina región de Malakal. La mayor parte de la población de Rumbek pertenece a la etnia dinka, una de las mayores del país, que está en conflicto con otros grupos de pastoreo de ganado con que rivalizan entre sí. Ha habido competencia por las tierras de pastoreo y el agua para su ganado.

Sin embargo, Schierstaedt señaló que “a pesar de los desafíos, la Iglesia ha sido proactiva en la construcción de puentes entre los grupos étnicos, la promoción del desarrollo socioeconómico y la prestación de asistencia humanitaria a la población que sufre”.

Pidiendo oraciones por la pronta recuperación del sacerdote, Schierstaedt concluyó: “Este ataque nos llena de dolor, pero debemos seguir adelante. Ayer celebramos la fiesta del Buen Pastor, que lo da todo para ir a buscar a la oveja perdida. El nombramiento del obispo Carlassare había traído mucha esperanza a la diócesis. Los sacerdotes, religiosos y laicos de Rumbek tienen muchos sueños y planes. Debemos apoyarlos más que nunca para que no se sientan solos”.

—Maria Lozano