Un vehículo para una remota parroquia en las montañas de Guatemala

Los retos son enormes en la parroquia de El Calvario, en el centro de Guatemala. Abarca un área de más de 780 millas cuadradas de terreno montañoso e incluye más de 100 pequeñas comunidades separadas. La mayoría de sus habitantes son indígenas de la etnia kekchi. Están especialmente desfavorecidos y marginados y viven en su mayoría en una profunda pobreza.

Muchas de sus familias se vieron atrapadas en la amarga guerra civil de 1968 a 1996, víctimas de secuestros y torturas o de la pérdida de familiares, y muchos niños quedaron huérfanos. “Las heridas de aquella época aún no han cicatrizado”, afirma el Padre Derisseau, originario de Haití. “Las viudas, los huérfanos y otros supervivientes de este conflicto siguen viviendo en nuestra parroquia hasta el día de hoy”, añade.

Su parroquia existe desde hace más de 60 años, y desde hace 46 está al cuidado de los sacerdotes de la Congregación del Inmaculado Corazón de María. Hasta hace poco, trabajaban aquí tres sacerdotes, a los que ahora se une un cuarto tras ser ordenado en septiembre de 2022. Hay mucho trabajo por hacer. Solo el año pasado hubo más de mil Primeras Comuniones y Confirmaciones.

Uno de los mayores retos es la dificultad de llegar a muchos de los pueblos y asentamientos. Algunos de los trayectos pueden durar horas a pie, por senderos llenos de barro, mientras que otros requieren un vehículo todoterreno robusto para sortear las difíciles pistas.

Hace unos años, gracias a nuestros amables amigos y colaboradores, pudimos suministrar uno de estos vehículos para recorrer las largas distancias y los difíciles terrenos. Ahora que el número de sacerdotes ha aumentado a cuatro y la carga de trabajo pastoral para esta parroquia tan lejana también ha aumentado, se necesita urgentemente un segundo vehículo. Esperamos poder ayudar con una aportación de 21.900 dólares.

¿Puedes ayudar a estos sacerdotes a comprar un segundo vehículo para que puedan llegar más rápida y fácilmente a aquellos a los que sirven en esta remota parroquia de las montañas de Guatemala?

Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir sus fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Los fondos donados a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se destinarán a las necesidades más urgentes de nuestros programas para ayudar a mantener viva la Fe.

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