En Venezuela, una médica se lamenta por la falta y el precio excesivo de medicamentos: “Simplemente estamos viendo morir a la gente”

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COMO LA CRISIS en Venezuela persiste, parece que no hay fin al sufrimiento de los ciudadanos comunes. Tienen que hacer frente a la escasez de alimentos y otros elementos esenciales para la vida. Pero lo que empeora aún más su situación es la escasez y el alto costo de los medicamentos, dejando a muchos sin la atención adecuada. Las condiciones se ven agravadas por la interrupción del suministro eléctrico, que afecta a los hospitales e interfiere el tratamiento de los pacientes. En un mensaje de audio enviado a Ayuda a la Iglesia que Sufre, una joven doctora relata sus experiencias, con la voz temblorosa por la emoción.

Pobreza y desesperación en Venezuela

Describe cómo atendió a una niña pequeña que sufría una peritonitis aguda, después de haber llegado al hospital con una ruptura de apéndice. Como resultado, tuvieron que aplicar el tratamiento necesario para extraer el líquido supurante, pero no tenían antibióticos para su posterior tratamiento posoperatorio. “Su papá me dijo, con lágrimas en los ojos, que no podía seguir comprando la medicación, porque cada tratamiento costaba 50.000 bolívares, y ella necesita 3 dosis diarias”.

En la actualidad, el salario mínimo en Venezuela es de 20.000 bolívares, por lo que el padre de esta niña tendría que ahorrar casi 8 meses de salario para poder afrontar un solo día de tratamiento con el antibiótico.

A través de palabras conmovedoras, la médica describe cómo, después de limpiar la herida de la niña, fue a buscar al padre para explicarle la gravedad de su estado; lo encontró arrodillado en el suelo, llorando. “Al salir del quirófano, después de terminar el procedimiento, fui a buscar a su papá, pero no lo encontré, porque estaba arrodillado, llorando en un rincón, con la cabeza contra la pared”. 

Continúa, con angustia en su voz: “Siento como si simplemente estuviéramos viendo morir a la gente”. Y también regaña a los líderes políticos del país por su pobre desempeño. “No entiendo a los políticos. Esto nos afecta a todos… Los médicos podemos soportar estar sin luz y sin agua, podemos encontrar una forma de trabajar, pero no puedo soportar ver a nuestra gente más pobre sufriendo y enterrando a sus hijos”.

El 2 de abril de 2019, la Conferencia Episcopal Venezolana reafirmó en una declaración “la dignidad de la persona humana y sus derechos inalienables”; denunció la falta de respeto a los derechos humanos y los “crímenes de lesa humanidad” a los que está sometido el pueblo venezolano, incluyendo “la imposición deliberada de condiciones de vida [perjudiciales], como la privación del acceso a alimentos y medicamentos”.

“Lamentablemente esto ha estado ocurriendo en nuestro propio país, bajo la mirada complaciente de las autoridades que tienen la responsabilidad de velar por el respeto y la defensa de los derechos humanos”, dijeron los obispos. Además, instaron a redoblar las oraciones por Venezuela, para lograr “la conversión necesaria”. Los prelados apelaron a la Virgen María para que “acompañe a nuestro pueblo en el Vía Crucis que está recorriendo, en la esperanza de la liberación pascual lograda por su Hijo Jesucristo”.

—John Pacheco