Ayuda a la Iglesia que Sufre comienza a reparar iglesias en la patria cristiana de Irak
LA VIDA EN LA REGIÓN cristiana de Irak, en las Llanuras de Nínive, se está reanudando lentamente, 2 años después de la liberación de la ocupación de ISIS.
El 30 de octubre, Philipp Ozores, secretario general de Ayuda a la Iglesia que Sufre, la organización católica internacional de beneficencia, visitó las Llanuras de Nínive para anunciar el comienzo de una nueva e importante fase de apoyo a las iglesias locales: la rehabilitación de las iglesias y otras propiedades de la Iglesia, a fin de devolver la sensación de seguridad a los residentes que han regresado del exilio en Kurdistán.
Alrededor del 45% de la población que había huido del ataque del ISIS en 2014 ha regresado; se han reabierto tiendas, se han reparado muchas casas y la vida de la Iglesia se ha recuperado: el catecismo, como se puede comprobar en la radio, las escuelas y los grupos de mujeres. Una gran parte de este retorno a la normalidad ha sido apoyada por los donantes de Ayuda a la Iglesia que Sufre:
Desde 2014, Ayuda a la Iglesia que Sufre ha contribuido con 26 millones de dólares para apoyar a las personas cristianas desplazadas internamente, a través de la ayuda para alimentos y alquileres, además de la reparación o reconstrucción de 2086 hogares —el 37% del total de hogares de familias cristianas dañados o destruidos— en Bagdad, Bartella, Tesqopa, Karamless, Bashiqa y Bahzani.
No obstante, la emigración sigue siendo una grave amenaza para el futuro del cristianismo en la región. Muchos cristianos están perdiendo la esperanza de que su comunidad pueda volver a florecer en Irak. El ritmo de las salidas es tal que se necesitan medidas urgentes para restablecer la seguridad y la vitalidad económica, a fin de dar a los cristianos autóctonos Irak una razón para permanecer en su patria. La reconstrucción de las iglesias y de los edificios propiedad de las iglesias es parte de la respuesta.
Ayuda a la Iglesia que Sufre espera que esta nueva iniciativa devuelva la esperanza a los cristianos que quedan en Irak, un maltrecho y frágil 10% de los 1,5 millones de cristianos que vivían en el país antes de 2003, cuando EE. UU. invadió. La posterior guerra civil fue testigo del asesinato de al menos 1.000 cristianos por motivos religiosos.
Ozores les dijo a los miembros del Comité de Reconstrucción de Nínive (NRC) —sacerdotes que representan a la Iglesia caldea, a la Iglesia católica siríaca y a la Iglesia ortodoxa siríaca— que pueden contar con el apoyo continuo de la Ayuda a la iglesia que Sufre. Añadió: “Estamos con ustedes, y permaneceremos con ustedes en Irak”.
El principal proyecto de construcción es la Gran Iglesia de Al-Tahira, la iglesia más grande del país, en Bagdad, la mayor ciudad cristiana de Irak, que es 95% católica siria. Ayuda a la Iglesia que Sufre financiará la restauración del interior de la iglesia con 560.000 dólares; los militantes de ISIS, antes de huir, amontonaron los bancos y los muebles de la iglesia y la incendiaron.
Los feligreses se reúnen en los restos de la iglesia todos los días; muchos se entristecen al rendir culto en una iglesia visiblemente profanada, que una vez fue el orgullo del pueblo. Muchas personas aún se están recuperando del trauma del desplazamiento, el asesinato de familiares y el conocimiento de que sus casas fueron ocupadas durante 2 años por ISIS.
Luego de que el interior de la iglesia sea restaurado, se necesitará más trabajo para los daños exteriores y el campanario. El arzobispo católico sirio de Petros Mouche, de Mosul, le dijo a Ayuda ala Iglesia que Sufre: “Para nosotros, esta iglesia es un símbolo. Esta iglesia fue construida en 1932, y fueron los aldeanos de Bagdad quienes lo hicieron. Por esta razón, queremos que permanezca como un símbolo cristiano para animar a la gente, especialmente a los habitantes de Bagdad, a quedarse aquí.”
El arzobispo añadió: “Este es nuestro país, y este es un testimonio que podemos dar por Cristo… Me gustaría aprovechar esta ocasión para dar las gracias a todas las personas que ayudan, ya que estas organizaciones no pueden ayudarnos sin el apoyo de sus donantes”.
Ayuda a la Iglesia que Sufre también aprobó casi 1 millón de dólares para reconstruir la Sala y el Teatro Najem Al-Mashrik, en Bashiqa, una ciudad Yezidi-Cristiana, con una gran población sirio-ortodoxa. La sala permitirá a la Iglesia local volver a acoger grandes ceremonias de boda, un estímulo para que los jóvenes se establezcan allí, en lugar de emigrar.
El padre Daniel Behnam, sacerdote local, dijo: “Estamos contentos con la reconstrucción de la Sala Najem Al-Mashrik. Este proyecto ayudará a asegurar la supervivencia de las familias cristianas, y les proporcionará importantes servicios. En particular, ayudará a los jóvenes, proporcionándoles un espacio para actividades pastorales, culturales y juveniles”.
La Ayuda a la Iglesia que Sufre también firmó otros 13 proyectos por un valor de 800.000 dólares, para diversos centros de rehabilitación que benefician a los cristianos sirio-católicos, caldeos y sirio-ortodoxos.
—Xavier Bisits