Apoyar la vida y el apostolado de ocho Hermanas Carmelitas en Bulgaria
Las hermanas contemplativas se dedican por entero a una vida de oración, llevando a Dios las necesidades del mundo. Pero, a pesar de vivir modestamente, luchan por mantenerse, ya que están recluidas en el claustro. Por eso, con la ayuda de nuestros donantes, ACN dona a hermanas contemplativas de todo el mundo. Entre ellas están las Hermanas Carmelitas Descalzas de Sofía, la capital de Bulgaria.
Durante la época comunista, la Iglesia búlgara fue oprimida, sus propiedades confiscadas y sus sacerdotes, religiosos y fieles sometidos a una dura persecución. La Iglesia solo podía conservar los edificios eclesiásticos, más una franja de 2 metros a su alrededor. A estas monjas carmelitas no les quedó más remedio que vivir en el coro de su convento, apretujadas junto a las Hermanas de la Sagrada Eucaristía durante 40 años.
Algunas hermanas fueron detenidas e interrogadas, pero los comunistas no pudieron quebrantar su vocación ni su profunda fe. Tras la caída del comunismo, el antiguo convento carmelita de Sofía fue restaurado gracias al apoyo de ACN y de nuestros generosos benefactores. Hoy, el convento se ha convertido en un centro espiritual, al que acuden muchos fieles católicos para celebrar la Santa Misa y el Oficio Divino. También hay una gran demanda de días de retiro y ejercicios espirituales.
Ocho monjas viven actualmente en el Carmelo de Sofía. Procedentes de Bulgaria, Eslovaquia y Croacia, siguen el estilo de vida contemplativo tradicional de Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz. Dedican gran parte de su jornada a la oración, incluido el Oficio Divino y la contemplación silenciosa. Al mismo tiempo, para mantenerse, las Hermanas fabrican artículos artesanales y pintan iconos religiosos, una actividad que se adapta a su estilo de vida. En el futuro, tienen previsto añadir otras actividades, como la elaboración de hostias y la encuadernación, para ayudar a sufragar los elevadísimos gastos de funcionamiento del convento. También hay habitaciones para los asistentes a los retiros, que aportan algunos ingresos adicionales.
Pero en estos tiempos de crisis, los esfuerzos de las hermanas no son suficientes. En particular, los gastos de calefacción y tratamiento médico suponen una pesada carga financiera.
Este año, nos comprometemos a ayudar de nuevo a las Hermanas, con una contribución de $4.200 dólares.
¿Te unirás a nosotros para apoyar la vida y el apostolado de las Hermanas Carmelitas en Bulgaria?
Estamos seguros de que se acordarán de ti en sus oraciones.
Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir sus fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Los fondos donados a los proyectos de Ayuda a la Iglesia Necesitada se destinarán a las mayores necesidades de nuestros programas para ayudar a mantener viva la Fe.
Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir sus fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Los fondos donados a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se destinarán a las necesidades más urgentes de nuestros programas para ayudar a mantener viva la Fe.