Arzobispo pide fuerza internacional de mantenimiento de la paz en las Llanuras de Nínive

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ISIS HA SIDO EXPULSADO de los pueblos y aldeas cristianas de las Llanuras de Nínive en el norte de Irak, pero el arzobispo sirio-ortodoxo Timotheus Musa Al Shamani está preocupado por la falta de seguridad.

Christians in the Middle East are under siege, particularly on Iraq's Nineveh Plains, where Aid to the Church in Need is helping vulnerable communities
Una familia cristiana frente a su casa reconstruida en las Llanuras de Nínive

“Sin seguridad y sin trabajo ningún cristiano se quedará en Irak”, subrayó el arzobispo Al Shamani, e instó a que “una fuerza internacional de mantenimiento de la paz se establezca en las Llanuras de Nínive. Queremos una garantía de que nuestra libertad y nuestra seguridad se mantendrán”.

El arzobispo cree que los Estados Unidos tienen una responsabilidad especial en la seguridad de los cristianos. “Todos nuestros políticos siguen a América”, explica. Sin embargo, sigue siendo escéptico sobre los anuncios hechos por el Gobierno actual de EE.UU. de que enviará fondos de ayuda directamente a los cristianos en lugar de a través de la ONU. “Escuchamos muchos discursos del presidente Trump, pero queremos ver acción”, dijo el arzobispo, que teme un retorno de los grupos islámicos radicales. “Sospechamos de que un grupo similar a ISIS evolucionará en el futuro, se llame como se llame”, dijo.

El 6 de agosto de 2014, ISIS conquistó el corazón cristiano cerca de la metrópoli iraquí de Mosul. Cerca de 120.000 cristianos tuvieron que huir. Muchos de ellos pasaron años como refugiados internos en Irak o huyeron al extranjero. Tiempo después, las tropas del Gobierno del país y sus aliados lograron retomar las áreas ocupadas por ISIS, y desde entonces miles de cristianos han regresado a sus hogares terriblemente dañados.

Junto con otras organizaciones religiosas, Ayuda a la Iglesia que Sufre apoya la reconstrucción de la vida cristiana en las Llanuras de Nínive de manera destacada. El arzobispo Al Shamani dijo: “Sin la ayuda de organizaciones eclesiásticas como Ayuda ala Iglesia que Sufre, los cristianos no habríamos sobrevivido aquí”.

El arzobispo católico caldeo de Erbil, en Kurdistán, el reverendo Bashar Warda, también destacó el apoyo de la Ayuda a la Iglesia que Sufre. Su diócesis acogió y cuidó a la gran mayoría de los refugiados internos cristianos de las Llanuras de Nínive. Con vistas a la reconstrucción del lugar del que huyeron, el arzobispo destacó la importancia de hacer progresos rápidos, diciendo: “Este verano es crítico para nosotros. Debemos hacer todo lo posible para reconstruir estas aldeas. El Gobierno iraquí ya nos ha dicho que no tiene dinero y que no nos ayudará”.

El arzobispo se mostró optimista sobre las garantías financieras del Gobierno de EE. UU. Admitió que hasta la fecha no había recibido dinero, pero añadió: “Estoy firmemente convencido de que los EE. UU. tiene la intención de ayudarnos. Es la primera vez que un Gobierno americano reconoce que la gente de aquí es perseguida por su fe.”

El arzobispo Warda también destacó el papel de los cristianos en las sociedades de Medio Oriente. “Todo Medio Oriente está convulsionado por la violencia, la corrupción y la agitación política. Es Jesús quien perdona estos pecados y cura las heridas. ¿Quién puede darle a esta región inquieta y corrupta a Jesús, aparte de los cristianos? Por lo tanto, no solo somos cristianos, sino también discípulos del perdón y el amor.”

Ayuda a la Iglesia que Sufre ha proporcionado más de 8 millones de dólares para la reconstrucción de las comunidades cristianas liberadas de la ocupación de ISIS. Hasta la fecha, el 45% de las familias expulsadas han regresado y el 35% de las casas dañadas y destruidas han vuelto a ser habitables. Incluso varias iglesias dañadas por ISIS han sido restauradas.

Ayuda a la Iglesia que Sufre comenzó su mayor apoyo a los cristianos iraquíes en 2014, cuando estalló la crisis de los refugiados cristianos en Irak. También proporcionó fondos para viviendas y escuelas, así como alimentos y suministros médicos para los fieles desplazados internos. Todo esto se hizo en el marco de uno de los mayores esfuerzos de ayuda individual de la historia de Ayuda a la Iglesia que Sufre, que en total ha apoyado a los cristianos en Irak con más de 40 millones de dólares desde 2011.

—Oliver Maksan

AYUDA A LOS CRISTIANOS DEL MEDIO ORIENTE