Burkina Faso: Ayuda a la Iglesia que Sufre apoya a las víctimas del terrorismo

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DESDE HACE 5 AÑOS, la región del Sahel de Burkina Faso ha sido afectada por una serie de ataques terroristas. Los dos incidentes más recientes tuvieron lugar hace tres meses, provocando que muchas personas huyeran. Para poder mitigar el impacto de la crisis, Ayuda a la Iglesia que Sufre acaba de aprobar un proyecto que ayudará a un grupo de desplazados a reintegrarse en otros ámbitos de la vida de la Iglesia y de la sociedad.

La ayuda será destinada a 18 catequistas de la parroquia de Sebba, junto con sus familias. Estos coordinadores pastorales trabajan como líderes dentro de sus comunidades locales en lugares donde los sacerdotes no pueden viajar regularmente. Por esto mismo es que se encuentran en primera línea como objetivos principales de los terroristas. El grupo que trabajaba en Sebba, debido a los ataques, tuvo que refugiarse en Dori, la capital del departamento y sede de la diócesis local.

Familia desplazada, Diócesis de Dori

“Este es un verdadero desafío para la diócesis de Dori, que se ha visto muy afectada por los ataques terroristas desde 2015”, dijo el obispo local Laurent Dabiré. Él es quien está a cargo de las medidas puestas en marcha por la comunidad cristiana de Dori para acoger y satisfacer las necesidades básicas de estos catequistas y sus familias, que se vieron obligados a huir de los recientes ataques sin poder llevar casi nada consigo.

Después de este apoyo de emergencia inicial, ahora es necesario “asegurar que tengan un mínimo decente para vivir durante todo el tiempo que permanezcan aquí en Dori”, dijo el obispo. Esto será necesario durante algún tiempo, principalmente porque estos catequistas y sus familias solo hablan la lengua gourmantché local y esta barrera lingüística hace que no puedan ser trasladados a otras diócesis del país. Además, su presencia es necesaria para el alcance misionero local y para preparar un futuro relanzamiento de la evangelización, tan pronto como las condiciones lo permitan.

Ayuda a la Iglesia que Sufre decidió apoyar a estos 18 catequistas y a sus familias, permitiéndoles integrarse en su nuevo entorno. La subvención de 32.000 dólares les permitirá recibir asesoramiento psicológico, asistencia médica, alimentación y  escolarización. El compromiso también incluye un fondo que se establecerá para las familias, de modo que puedan mantenerse mediante proyectos que generen ingresos, como la cría de ganado y la horticultura.

La diócesis de Dori, que se encuentra en una zona mayormente musulmana, en la que solo el 1,8 % de la población es cristiana, sufrió dos ataques terroristas recientes. El primero ocurrió el 10 de febrero de 2000, a unas 30 millas de Dori. “Un grupo de hombres armados entró en el pequeño pueblo de Sebba, el centro de una de mis parroquias, mataron a una persona, secuestraron a un pastor protestante y a 6 jóvenes alumnos. Al día siguiente, los ejecutaron a sangre fría, y liberaron solo a 2 niñas”, informó el obispo Dabiré. El segundo ataque ocurrió el 16 de febrero, a unas 60 millas de Dori. Los terroristas invadieron el pueblo de Pansi, que se encuentra dentro de la parroquia de San Antonio, en Sebba, “saquearon y ejecutaron a 24 personas a sangre fría”. Una de las personas que asesinaron fue Philippe Yarga, catequista y líder de la comunidad del pueblo desde 2017.

Nacido en 1975, Philippe Yarga dejó 7 siete hijos. El más joven de ellos nació 43 días después de su muerte. Era una figura destacada, “entusiasta y lleno de amor por su ministerio”, además de ser “un buen padre”, dijo el obispo. Alertado de que la situación de seguridad se estaba deteriorando gravemente en Pansi, quiso dirigirse sigilosamente a la casa de uno de sus amigos en un pueblo cercano para encontrar la manera de escapar de allí a otro pueblo. Sin embargo, cuando estaba a punto de abandonar su casa, fue sorprendido por un grupo de hombres armados no identificados. Según testigos presenciales, los asesinos atacaron a los hombres del pueblo de forma indiscriminada, sin distinción religiosa o étnica.

Ante la creciente violencia durante los últimos 5 años en Burkina Faso, Ayuda a la Iglesia que Sufre ha decidido financiar otros 7 proyectos. Entre ellos, figuran la formación de 83 futuros sacerdotes en las diócesis de Dori, Kaya, Fada N’Gourma y Tenkodogo; el sustento a 10 religiosas que trabajan en la diócesis de Dori; y un programa de radio pastoral a nivel  nacional dirigido a las poblaciones desarraigadas y desplazadas de las regiones amenazadas. Estos proyectos suman, aproximadamente, 110.000 dólares.

—Christophe Lafontaine