Burkina Faso: yihadistas matan a un sacerdote y a nueve laicos en ataques consecutivos
EL PADRE Simeón Yampa, párroco de Dablo, fue asesinado el 12 de mayo de 2019 por yihadistas que atacaron una capilla durante la misa; además 5 laicos fueron asesinados. Al día siguiente, en Zimtenga, en la misma región del país, presuntos radicales islamistas detuvieron una procesión de la Iglesia y mataron a 4 laicos. Los atacantes también destruyeron una estatua mariana.
Según fuentes locales que hablaron con Ayuda a la Iglesia que Sufre, los atacantes irrumpieron en la capilla, disparando en el momento en el que la congregación estaba cantando el Gloria. Al padre Yampo lo asesinaron mientras intentaba poner a salvo a los monaguillos.
“Hubo pánico general y la gente estaba aterrorizada. Los asesinos obligaron a los fieles a que se quitaran los crucifijos y los objetos religiosos que llevaban puestos y los pusieron delante del altar. Amenazaron a toda la congregación antes de irse, advirtiéndole que volverían y que si las mujeres no estaban cubiertas con velos las matarían a todas”, dijo Rafael D’Aqui, que supervisa proyectos en Burkina Faso para la Ayuda a la Iglesia que Sufre. La rectoría de Dablo, justo al lado de la capilla, se construyó hace solo 6 años con la ayuda de Ayuda a la Iglesia que Sufre.
Durante muchos años, Burkina Faso —donde los musulmanes son mayoría— se ha considerado un ejemplo de paz y armonía interreligiosa. Los cristianos (23,9% de la población) y los animistas (21,3%) no han sufrido ningún tipo de discriminación. Pero durante algunos años este país ha sido blanco de ataques yihadistas, alimentados por la afluencia de militantes de sus vecinos del norte, Mali y Níger. Sin embargo, hasta hace poco, los ataques no se dirigían a una religión específica. Ahora, los cristianos se han convertido claramente en objetivos puntuales.
El 28 de abril de 2019, Pierre Ouedraogo, pastor protestante, fue asesinado junto con 2 de sus hijos y otros 3 fieles, en un ataque a una iglesia en Silgadji. El 15 de febrero de 2019, el misionero salesiano español, padre César Fernández, fue asesinado a tiros. Sigue desaparecido el padre Joel Yougbare, un sacerdote católico secuestrado el 17 de marzo de 2019.
Ayuda a la Iglesia que Sufre ha informado de una serie de amenazas contra las comunidades católicas en varias partes del país, que han obligado a cancelar las misas dominicales e incluso han provocado que las comunidades de hermanas abandonen sus conventos. “Los grupos yihadistas están recorriendo las aldeas amenazando a los habitantes locales y exigiendo que se conviertan al islam, cerrando las comunidades cristianas y los lugares de culto, así como las escuelas y los centros de salud”, dijo D’Aqui.
Después del ataque terrorista del 13 de mayo, el obispo Justin Kientega, de Ouahigouya, anunció medidas de seguridad. Recomendó a los sacerdotes y religiosos que evitaran usar ropa abiertamente religiosa. También recomendó no usar vehículos que fueran fáciles de identificar y que viajaran solo cuando hubiera mucho tráfico, y nunca de noche, así como no conducir siempre por la misma ruta. También instó a que las reuniones no se anunciaran con mucha antelación.
El obispo Kientenga pidió a los sacerdotes que intensificaran la vigilancia en torno a sus iglesias y capillas, con la ayuda de voluntarios que pudieran responder rápidamente y advertir a los fieles en caso de peligro. A los sacerdotes también se les dijo que limitaran la duración de sus liturgias.
“El padre Simeón murió el domingo del Buen Pastor, lo que es un signo conmovedor. Es importante destacar que a su funeral del 13 de mayo asistieron no solo 2 ministros del Gobierno y representantes de la Iglesia, sino también muchos animistas y musulmanes que se oponen completamente a estos actos de barbarie”, concluyó D’Aqui.
—María Lozano