La reconstrucción después de ISIS comienza en la Llanura de Nínive, el antiguo corazón cristiano de Irak

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Por Daniele Piccini

NUEVA YORK (9 de mayo de 2017) – Se ha comenzado a trabajar en la reconstrucción de los primeros 100 hogares cristianos en la Llanura de Nínive, una región devastada por ISIS. Para conmemorar la ocasión, se celebrarán ceremonias en las ciudades cristianas de Bartella, Karamless y Qaraqosh, para inaugurar una iniciativa que tiene como objetivo reparar y reconstruir 13.000 hogares en el antiguo corazón cristiano de Irak.

El padre Andrzej Halemba, jefe de la oficina de Medio Oriente de la organización benéfica católica internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre, que financia la reconstrucción de las 100 viviendas, describió este inicio como “una ocasión histórica e irrepetible para el futuro del cristianismo en Irak”.

Durante las ceremonias del 8 de mayo de 2018, a cada uno de los propietarios de las 100 casas se les obsequiaron olivos, para que los plantaran como símbolos de paz y reconciliación. Asistieron miembros del Comité de Reconstrucción de Nínive, que incluye representantes de las 3 principales iglesias cristianas de la región, la Iglesia ortodoxa siria, la Iglesia católica siria y la Iglesia católica caldea.

El comité se creó a principios de este año para planificar y supervisar el programa de reconstrucción que se estima que costará más de 250 millones de dólares. En una encuesta realizada por Ayuda a la Iglesia que Sufre a finales del invierno, alrededor del 40% de las familias cristianas, que representan a unos 12.000 hombres, mujeres y niños, que huyeron de la Llanura de Nínive en el verano de 2014, cuando el ISIS invadió la región, han indicado que desean volver a sus antiguos hogares.

El padre Halemba dijo: “Al comenzar a trabajar en estos 3 primeros sitios de reconstrucción, esperamos enviar una clara señal a las miles de familias cristianas que fueron expulsadas de sus hogares y que han estado viviendo en condiciones improvisadas en Erbil y otras ciudades de Kurdistán”.

Continuó: “Este es un momento histórico decisivo. Si perdemos la oportunidad de ayudar a los cristianos a volver a sus hogares, estas familias podrían decidir abandonar Irak para siempre. Eso sería una tragedia enorme”.

“La presencia de los cristianos en esta región es de vital importancia, no solo histórica, sino también política y culturalmente. Los cristianos representan un puente de paz entre los diversos grupos musulmanes que luchan entre sí; los cristianos hacen una contribución crucial al sistema educativo y son respetados por todos los musulmanes moderados”.

El 8 de mayo de 2015, Philipp Ozores, secretario general de Ayuda a la Iglesia que Sufre, entregó olivos a 35 familias ortodoxas sirias en la pequeña iglesia de Mor Shmuni, en Bartella, donde hay que reconstruir 1.451 casas. 75 de ellas fueron completamente destruidas, 278 quemadas y 1.098 parcialmente dañadas. Los servicios de agua y electricidad solo pudieron ser restaurados hace unos días. Después de la ceremonia en Bartella, los dignatarios y funcionarios asistieron a otra ceremonia en Karemlash, donde 754 casas también deben ser reparadas. De ellas, 89 fueron completamente destruidas, 241 fueron incendiadas y 424 parcialmente dañadas. El suministro de agua y electricidad de la comunidad acaba de ser restaurado.

La última de las ceremonias del olivo tuvo lugar en Qaraqosh. En este lugar, 6.327 casas pertenecientes a cristianos católicos sirios necesitan ser reparadas. De ellas, 108 casas fueron completamente destruidas. Estas se suman a las 400 casas de los cristianos ortodoxos sirios (de estas, solo 7 fueron completamente destruidas). En la Catedral de Althajra, que fue incendiada por ISIS para que el humo confundiera a los aviones militares estadounidenses, el Sr. Ozores se unió con el arzobispo católico sirio Yohanna Petros Mouche, de Mosul, Kirkuk y Kurdistán, para regalarles olivos a 50 familias.

El arzobispo dijo: “No queremos prestar atención a las voces de aquellos que nos desaniman, porque quieren impedir la reconstrucción. Mantenemos nuestra decisión de regresar, a pesar de todos los desafíos que nos esperan. Cristo es nuestra torre de fuerza que nos da esperanza. Debemos perseverar, porque este es nuestro suelo y nuestra herencia”.

El Sr. Ozores dijo: “Hoy, nos gustaría aferrarnos a este pequeño signo de que estamos una vez más en el punto de partida, como en la parábola del grano de mostaza de los Evangelios. Pero con la ayuda de Dios y de nuestros benefactores, esperamos que las Llanuras de Nínive puedan acoger de nuevo a los cristianos que se vieron obligados a huir. Esperamos que esta región se convierta pronto en un lugar de vida y paz para todos, una vez más”.

A finales de junio de 2017, Ayuda a la Iglesia que Sufre la única organización internacional que apoya sistemáticamente a los cristianos exiliados de la Llanura de Nínive desde la invasión de ISIS habrá entregado más de 35 millones de dólares para el apoyo de los 12.000 cristianos desplazados internos de Kurdistán. La ayuda está conformada por entregas mensuales de alimentos, dinero para el alquiler, ayuda médica, construcción de escuelas y apoyo al clero desplazado y a las mujeres religiosas.