Cristianos kenianos claman por justicia tras incendio provocado en iglesias

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DEL 20 AL 24 DE ENERO Del 20 al 24 de 2021, cinco iglesias de la aldea de Otamba, en el oeste de Kenia, fueron incendiadas, incluida la iglesia católica de Santa Mónica. Unos atacantes desconocidos se centraron en destruir los altares de la iglesia. Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) habló con el obispo Charles Nyakoi de las Asambleas de Dios-Otamba sobre los ataques incendiarios.

¿Qué puede decirnos sobre los ataques?
Se sospecha que los atacantes podrían haber llegado alrededor de la medianoche, cuando los agresores sabían que la gente estaba durmiendo. Los lugareños alegaron que algunos de los autores eran jóvenes a los que les gusta ver el fútbol a altas horas de la noche, pero no podemos corroborar esas afirmaciones. Sin embargo, la policía detuvo a algunos sospechosos.

¿Estaban armados?
No está claro si llevaban armas, pero se puede decir fácilmente que venían con armas rudimentarias teniendo en cuenta la forma en que entraron. Rompieron las ventanas y entraron por aberturas muy pequeñas. Algunos de nuestros vidrios fueron destruidos.

Destrucción en Otambe
Destrucción en Otambe

¿A cuánto cree que ascienden los daños?
En mi opinión, perdimos bienes por valor de 500.000 chelines (5.000 dólares). El techo de nuestra iglesia no se salvó, ya que todas las vigas de madera se incendiaron. Los daños son inmensos. Hay daños por humo en todas partes y realmente necesitamos muchos recursos para hacer de esta casa de Dios un lugar mejor. No tenemos sillas para los servicios dominicales. Los cristianos se ven obligados a sentarse en el suelo y la gente se ve forzados a traer sillas de sus casas.

¿Había sido amenazado antes?
En absoluto. Me quedé pensando por qué tenían que hacer esto, porque quemar una iglesia es lo mismo que invocar la ira de Dios. Tampoco mis colegas de las otras iglesias afectadas recibieron amenazas. Todo esto sigue siendo un misterio.

¿Tienen alguna idea de las quejas de los atacantes?
Nadie ha venido a quejarse a nosotros por ningún asunto. Algunas personas decían que podíamos tener disputas por la tierra, pero eso no se sostiene porque tenemos todos los documentos legales que demuestran que somos los propietarios legales del terreno donde construimos la iglesia. Si se tratara de un problema de tierras, el caso habría afectado a una sola iglesia y no a las cinco que fueron incendiadas. ¿Significa esto que las cinco iglesias situadas en diferentes lugares tienen problemas de tierras? No es el caso. Dejamos en manos de la policía la tarea de descubrir los motivos del ataque. Las teorías van desde el culto satánico hasta a agresiones de delincuentes del pueblo.

¿Qué dice la policía?
Cuando se quemaron las dos primeras iglesias, los administradores locales se movieron con rapidez y celebraron una primera “baraza” (reunión del pueblo) para buscar una solución. Aquella noche, tras la primera reunión, mi iglesia y otras dos fueron incendiadas. Fue entonces cuando la situación atrajo a  altos funcionarios de seguridad. Se instó a los lugareños a expresar sus quejas y a utilizar buzones de sugerencias confidenciales para nombrar a las personas que creían que estaban detrás de los ataques. Hasta la fecha, se han detenido a nueve personas.

¿Cuál es el camino a seguir ahora?
Las iglesias necesitan el apoyo colectivo de los simpatizantes e incluso del gobierno para poder levantarse. Que nuestros líderes acudan a nuestro rescate y nos ayuden. Los que nos perjudicaron no han vuelto a ser vistos ni oídos, pero creemos que volverán. 

A pesar de que los líderes de la zona nos visitan y prometen ofrecer ayuda, no hay nada por lo que sonreír, ya que los cristianos, la mayoría de los cuales son campesinos, son los que soportan la carga de reconstruir sus lugares de culto.

—Susan Mwnesi