En el Líbano, un monasterio carmelita atrae tanto a cristianos como a musulmanes

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EL MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DEL MONTE CARMELO, situado en la ciudad libanesa de Hazmieh, en las afueras de Beirut, es un destino popular para los cristianos de todas las confesiones, y también para los musulmanes. Mujeres y hombres de todas las edades vienen aquí, a veces desde muy lejos, para visitar el pequeño santuario dedicado a Louis y Zélie Martin, los padres de Santa Teresa de Lisieux, también conocida como Teresa del Niño Jesús.

Misa en el exterior del monasterio (foto de Jacques Berset)

En la actualidad, los cristianos de esta nación, el “país de los cedros”, representan alrededor de un tercio de la población. Su número ya había experimentado un gran descenso, desde la Guerra Civil libanesa de 1975 a 1990, pero se ha producido una emigración masiva tras la crisis política y económica del país en octubre de 2019 y de nuevo tras la devastadora explosión que arrasó Beirut en agosto de 2020.

En cuanto al monasterio carmelita, a pesar de que la Iglesia católica de rito latino en el Líbano es muy pequeña (menos del 1% de todos los cristianos), atrae a muchos fieles cristianos de las denominaciones más grandes, como los maronitas.

La Iglesia católica es una gran defensora del matrimonio y la familia, y Louis y Zélie Martin, son un magnífico ejemplo de ello. “Es un lugar que ha despertado un gran interés y también es visitado por los musulmanes. Vienen a vernos muchos matrimonios, sobre todo mixtos, y hemos tenido conversiones al cristianismo”, explica el padre Raymond Abdo, provincial de los frailes carmelitas descalzos del Líbano. Habló con Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).

La gente también acude durante todo el día a rezar a la Virgen del Carmen. “No sé muy bien por qué, pero esta imagen particular de la Virgen, Nuestra Señora del Monte Carmelo, una escultura particularmente hermosa, tallada en Italia en la madera de un cedro del Líbano, atrae a mucha gente de todas las confesiones cristianas, y también a muchos musulmanes. Aquí en el monasterio acogemos a maronitas, greco-católicos melquitas y ortodoxos, y también a católicos caldeos, cristianos siríacos y algunos coptos.

“Durante muchos años, la iglesia era demasiado pequeña y, debido a la falta de espacio, mucha gente tenía que quedarse fuera, sobre todo los domingos, y algunos se iban a buscar otro lugar donde poder asistir a la misa en el interior”.

Además del pequeño santuario dedicado a Louis y Zélie Martin, en el que la familia ocupa un lugar de honor, el monasterio de Nuestra Señora del Monte Carmelo de Hazmieh también alberga un Centro de Espiritualidad Carmelita, que ayuda a explicar el pensamiento y la espiritualidad de los santos carmelitas y apoya a los grupos de oración.

“Pensamos en la posibilidad de construir una nueva iglesia, para poder acoger a todo el mundo, pero esto habría costado mucho, así que nos decidimos por una ampliación, uniendo una de las alas del claustro del convento con la antigua iglesia, que solo costó un tercio del precio. Tuvimos que ahorrar, sobre todo porque muchos de nuestros benefactores locales, que habían empezado a apoyar el proyecto y prometieron seguir haciéndolo, se vieron muy afectados por la crisis. Desde hace casi dos años, los cheques prácticamente no valen nada en el Líbano”.

Afortunadamente, sin embargo, la comunidad carmelita de Hazmieh ha podido contar con el apoyo de ACN y de otras organizaciones, así como con las donaciones de algunos particulares. Así que ahora la nueva iglesia se inaugurará a mediados de septiembre, aunque para entonces no estará todo terminado. “La misa se celebrará en el antiguo altar de madera, y el nuevo altar no se consagrará hasta 2022”, informa el padre Raymond.

—Jacques Berset