En Irak, un dentista cristiano regresa del exilio para servir a su pueblo

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Por Ragheb Elias Karas
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HACE APENAS UN MES, Qaraqosh, un pueblo en el antiguo corazón cristiano del norte de Irak, acogió a un repatriado distinguido: el Dr. Amir Sakria, un dentista, primer médico profesional que regresa de Kurdistán, donde más de 100.000 cristianos han pasado más de 3 años después de que ISIS invadiera y prácticamente destruyera las comunidades de las Llanuras de Nínive.

La familia Sakria, foto de ACN

Graduado de la Universidad de Mosul, el Dr. Sakria, de 49 años de edad, ya tiene 25 años de experiencia como dentista. Junto a él en Qaraqosh se encuentra su familia: su esposa, Nour Matti Esso (35), sus 3 hijos, Nawar (11), Dima (8) y Hazim (6), y su madre Rachel, de 85 años. Lamentablemente, no pudieron regresar a su antigua casa, ya que fue destruida. En cambio, se mudaron a una casa más modesta, considerablemente más pequeña.

El Dr. Sakria, que es católico sirio, nos contó su historia: “Salí de mi ciudad bajo coacción, empujado por las bandas terroristas en la misma fecha que el resto de mis hermanos y amigos de la región, el 8 de junio de 2014 [cuando ISIS invadió por primera vez]. Huí de la zona con mi familia, dejando todo mi dinero y posesiones para llegar a un lugar seguro donde pudiéramos quedarnos hasta que la situación se estabilizara. Terminé alquilando una casa en la provincia kurda de Erbil. Era un lugar donde podía preservar mi vida y la de mis hijos, con la posibilidad de asegurarles un futuro digno”.

“Con la confianza en mí mismo y en mi fe en Dios, logré mantenerme en pie y terminé encontrando trabajo, lo que me permitió ganar suficiente dinero para volver a mi ciudad y hacer mi trabajo aquí. Durante mi estancia en Kurdistán, las leyes locales me impidieron abrir mi propia clínica, pero logré convertirme en socio de una ya establecida. Busqué la manera para establecerme, pagar el alquiler y vivir con dignidad junto con mi familia”.

“Muchas razones me impulsaron a regresar a mi ciudad natal; quería restablecerme aquí y ser útil para las familias locales que no tienen dónde acudir cuando tienen problemas dentales, a menudo muy graves. No es práctico ni asequible traer pacientes de Qaraqosh a Erbil, dada la situación de seguridad, pero en Qaraqosh también tengo la oportunidad de trabajar en un hospital local. Además, volver a casa les da a mis hijos la oportunidad de completar su educación en su región de origen”.

“Soy muy franco y realista al mismo tiempo. Les digo: Qaraqosh, que es la ciudad cristiana más grande de Irak, ya no es como era en el pasado. Ha sido verdaderamente devastada y se ha vuelto casi aterradora por toda la destrucción. Muchas familias cristianas de la región han abandonado Irak y las demás todavía están en Kurdistán, temerosas de regresar por cuestiones de seguridad que amenazan su futuro y el de sus hijos”.

El Dr. Sakria en el trabajo

“Observo la región y veo que necesita una reconstrucción total, así como un gran esfuerzo para lograr la seguridad y la estabilidad. Existe una oportunidad preciosa de salvar a los cristianos de más pérdidas y sufrimientos, porque los servicios básicos son pocos y también está presente el miedo de posibles violaciones de la seguridad en el futuro. Actualmente, no hay una fuerza militar ni de seguridad unificada”.

“Puedes leer mi historia, mis palabras y decir: ‘qué persona tan pesimista. ¿Por qué es tan pesimista?’. La respuesta es que no soy pesimista, solo digo la verdad con total franqueza. Tengo mucha fe en que Dios un día nos traerá la vida de nuevo, pero lo que vemos aquí es contrario a lo que los forasteros podrían pensar sobre la realidad de nuestra situación. Estamos aquí como cristianos en las Llanuras de Nínive y en Medio Oriente. Sin embargo, carecemos de unidad y no vivimos en solidaridad con las verdaderas enseñanzas de Cristo”.

“Debido a  mi profesión, cada día veo a diferentes personas que vienen a mi clínica. Sus opiniones varían: mucha gente quiere quedarse en la zona porque sus raíces están aquí, está conectada con su corazón; otros quieren emigrar fuera de Irak porque han perdido la confianza y la esperanza”.

“Una vez más, he regresado a la ciudad por mi familia y por mi deber humanitario hacia mi pueblo. Todavía trato a muchos pacientes de forma gratuita, debido a la precaria situación financiera. Hasta ahora no he recibido ayuda de nadie para reabrir mi clínica y reconstruir mi pequeña casa”.

La Sra. Sakria nació en Bagdad. Se licenció en Gestión y Economía, también en la Universidad de Mosul. Dice: “He estado cuidando de mis hijos y de mi suegra, que vive con nosotros en la misma casa. Lo que mi marido dijo sobre la naturaleza de la vida en Qaraqosh es cierto, pero no estoy de acuerdo con él en las ocasiones en que dice que quiere emigrar y buscar asilo fuera de Irak, porque me estoy aferrando a mi país; rechazo firmemente la idea de emigrar”.

“Mi país, incluso con todas sus desventajas y condiciones difíciles, sigue siendo un lugar mejor para vivir que cualquier otro. Pero aquí tenemos que reconstruir nuestras iglesias; mis hijos y yo no queremos ver nuestras iglesias en ese estado de destrucción. Tenemos 7 iglesias en la zona y hasta ahora hemos tenido que trabajar lentamente pero con constancia para repararlas. Queremos que la gente que se preocupa por las iglesias venga y las cuide”.

“Como saben, las organizaciones que apoyan y alientan a la gente a volver a casa no tienen los medios financieros para reconstruir la infraestructura. Hay tantas casas que fueron quemadas y dañadas; y hemos sentido tanta amargura y sufrimiento en Erbil, debido a los altos alquileres y al alto costo de vida”.

Dr. Sakria

“No es fácil revivir parte de ese tormento en nuestra propia región, teniendo ahora que enfrentarnos a vivir en esta pequeña casa con nuestra gran familia; solo tenemos 3 habitaciones y un baño. Ciertamente, necesito tener acceso a áreas recreativas, para darles a mis hijos una oportunidad de vez en cuando de alejarse de este ambiente. Eso parece ser un derecho legítimo, y no es mucho pedir. Más allá de eso, le pido a Dios que nos dé estabilidad para que no nos veamos obligados a emigrar”.

Nawar Amir, el hijo mayor de la familia, es un espíritu brillante. Le dice a un visitante: “¡Qué feliz estoy de verte aquí! ¿Quieres saber quién soy y escucharme? Me llamo Nawar y tengo 11 años. Terminé la escuela primaria y ahora iré a la secundaria. No sé por qué a mi padre le gusta viajar; yo quiero quedarme con mis hermanos, familia y amigos aquí. Mi pasatiempo favorito son las redes sociales, jugar con dispositivos móviles y los deportes; y soy fanático del fútbol y la natación”.

“Quiero graduarme en la universidad, convertirme en un arquitecto exitoso y así empezar mi carrera aquí, sirviendo a mi ciudad y a mi país. Soy el único de toda la familia al que le gusta ir a rezar a la iglesia, cumpliendo con todas sus formas y condiciones. Mi fe en Dios es fuerte y me encanta la aventura. Tengo paciencia y resistencia, a pesar de mi corta edad. ¡Espero que mi región vuelva a ser lo que era antes!”.

Finalmente, está Rachel, la madre del Dr. Sakria. Ella dice: “Vivo con mi hijo y su familia en este humilde lugar. De hecho, cuando entré en mi ciudad después de una ausencia de 3 años, mis ojos estaban tan pesados de dolor y de llanto. Nunca imaginé que esta agradable región tendría toda esta ruina. Desde mi regreso hasta ahora, no he salido de la casa porque me cuesta caminar, y todavía estoy esperando que la iglesia sea reconstruida para volver a rezar allí. Reza y espera conmigo, que la vida vuelva a ser como antes en este hermoso pueblo”.

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