En Nigeria, ayuda para huérfanos y viudas víctimas de la violencia de Boko Haram
Por Maria Lozano
El espectro de Boko Haram puede haber desaparecido de los titulares, pero perdura un doloroso eco de su reinado de terror en el noreste de Nigeria. El grupo mató principalmente a hombres, y dejó con esas muertes a innumerables viudas y huérfanos en una situación desesperada.
Hay 5.000 mujeres que perdieron a sus maridos y 15.000 niños que perdieron a sus padres, que son atendidos por la Diócesis de Maiduguri, donde se fundó Boko Haram y que fue la más afectada por sus despiadados desmanes. Una delegación de la organización benéfica católica internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre viajó recientemente allí y habló con algunas de las mujeres.
“Los milicianos de Boko Haram vinieron a mi casa temprano en la mañana”, dijo Esther, hablando en el idioma local: hausa. Ella continuó: “Empezaron a saquear todo; luego, se apoderaron de mi marido y le dijeron que se convirtiera al islam. Cuando se negó, lo mataron delante de mis ojos”.
Al marido de Rose “le dispararon en la frente” también por negarse a convertirse al islam. La pena abrumó a Agnes, de 40 años y madre de 9, cuando contó cómo no pudo enterrar a su amado esposo. Dijo: “Mi marido era constructor; estaba trabajando fuera de una casa cuando Boko Haram rodeó a toda la gente y los mató a tiros. Los terroristas no permitieron que nadie entrara en el lugar para recuperar los cuerpos. No se pudo hacer ningún entierro, no se pudo celebrar ningún funeral. Solo dejaron los cuerpos para que se pudrieran allí”.
Estas historias son apenas algunos ejemplos de las miles de experiencias traumáticas que las mujeres nigerianas en Maiduguri han soportado en los últimos tiempos. Kathrin, Helene, Justine, Juliette, Hanna: 5.000 mujeres tienen una poderosa historia que contar, y aunque sus rostros parecen serenos, sus corazones están llenos de dolor. Para ayudar a estas mujeres tan traumatizadas, parte del aporte de 75.000 dólares de Ayuda a la Iglesia que Sufre para apoyar a las viudas y huérfanos se destinará a asesoramiento psicológico.
Las viudas también reciben formación sobre cómo atender sus necesidades básicas por su cuenta, sin el beneficio de los ingresos de sus maridos. La mayoría de ellas tienen más de 6 hijos que alimentar y educar. Se niegan a casarse de nuevo porque todavía se sienten muy unidas a sus maridos.
El obispo Oliver Doeme de Maiduguri ha creado la Asociación de Viudas de Santa Judith, con el propósito de adaptar la ayuda a las circunstancias particulares de cada individuo necesitado. Otra parte del proyecto de Ayuda a la Iglesia que Sufre cubre las cuotas escolares y la alimentación de los huérfanos.
Los 3 Estados del noreste, Borno, Yobe y Adamawa, son el centro de las actividades de Boko Haram. La Diócesis Católica de Maiduguri abarca el 80% de estos Estados. Desde 2009, más de 200 iglesias y estaciones misioneras, numerosas rectorías, 25 escuelas, 3 hospitales, 3 conventos, innumerables tiendas, hogares y centros de negocios han sido destruidos por Boko Haram. También han matado a más de 20.000 personas, mientras que otras 26 millones han sufrido indirectamente a causa del conflicto, y 2,3 millones de niños y jóvenes se han visto privados de acceso a la educación.