En Pakistán, el camino está pavimentado con fe y gloria
COMO PARTE DE UNA NUEVA TENDENCIA EN LA PUBLICIDAD EN MEDIOS DE TRANSPORTE, los conductores de mototaxi cristianos proclaman su fe en las vías públicas de la República Islámica de Pakistán. La mayoría pueden identificarse por los versos de la Biblia pintados en el vehículo, los rosarios que cuelgan del espejo retrovisor y las pegatinas de la Sagrada Familia. El artículo 20 de la Constitución de Pakistán garantiza la libertad de todo ciudadano para profesar, practicar y propagar su religión. Sin embargo, recientemente dos cristianos fueron acusados de blasfemia por predicar el Evangelio a jóvenes musulmanes en un parque de Lahore. Javed Masih, un conductor de mototaxi católico, contó a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) su compromiso con la fe y los retos a los que se enfrenta en las calles de la ciudad.
“Compré el mototaxi de tres ruedas en 2016 para facilitar los desplazamientos de mi familia y especialmente para ir a misa. Tengo cuatro hijos, de entre 13 y 21 años. Están creciendo rápidamente. Ya no podríamos ir juntos en bicicleta.
“El lema ‘Jay Yesu di’ (Alabado sea Jesús) fue pintado en rojo en la parte delantera al día siguiente. Otros adornos eran cuatro pegatinas de Jesús y María pegadas en el parabrisas. Mi rosario cuelga del espejo retrovisor. En lugar de volver a casa desde la sala de exposición, me dirigí directamente a la iglesia católica de San Juan en Youhanabad para la bendición del nuevo vehículo. Esa noche lo celebramos comiendo en una barbacoa de carretera.
“Los mototaxis cristianos son una imagen habitual en los barrios cristianos y en los recintos de las iglesias. Es un servicio para los cristianos pobres que no pueden permitirse un coche. La mayoría de ellos lo utilizan personalmente solo para sus familias. Protege nuestra dignidad.
“Llevo más de una década trabajando en la Defense Housing Authority (DHA), un barrio elegante de Lahore, como trabajador sanitario. Es difícil permitirse vivir en Lahore con unos ingresos mensuales de 35.000 rupias (223 dólares). Los ingresos adicionales del mototaxi (unas 1.000 rupias al día) ayudan a hacer frente a las necesidades cotidianas ante la creciente inflación”.
“Después de terminar mi trabajo en DHA a las 5 de la tarde, maniobro por las calles en busca de clientes y regreso a casa a las 11 de la noche. Conducir se convierte en un trabajo a tiempo completo el domingo, día libre en DHA. A veces los viajeros musulmanes me preguntan por la frase que aparece en mi mototaxi. Les respondo simplemente que es nuestro versículo. Algunos se niegan a contratar mis servicios al descubrir que soy un kafir (infiel). Evitan tratar con los de nuestra clase”.
“No nos desanimamos ni discutimos en estos casos. Nuestros padres nos han enseñado a callar cuando se habla de religión. Los cristianos pobres no pueden enfrentarse a las turbas ni a los costosos y largos procesos judiciales. Nuestra policía y nuestros abogados son conocidos por ponerse del lado de los ricos y acuñar dinero. Pero yo nunca quitaré el nombre de Jesús a cualquier precio”.
“La mayoría de los conductores de mototaxi musulmanes exhiben los nombres de Alá y del profeta Mahoma, así como imágenes de espadas islámicas. También utilizamos nuestro derecho a expresar nuestra fe. Intento ayudar a los pasajeros cristianos asegurándome de que lleguen a su destino, aunque a veces la distancia extra no esté cubierta por la tarifa. Suelo reconocerlos por los nombres cristianos de sus familiares. Los nombres ingleses en nuestra sociedad musulmana también son un testimonio”.
“Conducir un mototaxi es un medio de vida que depende del azar. A veces das vueltas durante tres horas sin un pasajero. Otras veces consigues más de dos en una hora. Dios los provee. Pero la mayoría de pasajeros no llevan mascarillas en medio de la pandemia”.
“He hecho publicidad en mi mototaxi para la campaña estatal contra la poliomielitis, así como para el Mehfil-e-Milad, un concierto islámico para recordar al profeta Mahoma. Algunos clérigos colocan su pancarta en la parte trasera de mi mototaxi a pesar de conocer mi fe. Solo les interesa la divulgación”.
“Estos partidos pagan 200 rupias (1,28 dólares) al mes por anunciarse en los mototaxis. La eliminación de las pancartas islámicas, una vez terminado el trato, es otro reto. Quemar páginas de las escrituras islámicas es imposible dada la sensibilidad de las leyes sobre blasfemia. Yo simplemente regalo las banderas religiosas usadas a conocidos musulmanes. Significa mucho para ellos y fomenta nuestra amistad”.
“Algunos conductores de mototaxis cristianos pegan la cruz dentro del vehículo para ocultar su identidad cristiana y evitar la discriminación religiosa. Se lo debemos todo a nuestro Señor. El año pasado perdí las pegatinas y la luna delantera en un accidente. Mi fe me salvó por el bien de mis hijos.
“A veces, los conductores de mototaxi que pasan por aquí saludan y gritan el lema ‘Jay Yesu di’ al ver el que está inscrito en mi vehiculo. Al darme cuenta de que son cristianos, me animo a responder ‘Har shy Yesu di’ (Todo en Cristo)”.
—Kamran Chaudhry