Los cristianos de Irak siguen en peligro de ser erradicados: falta de emigración de las fuerzas de seguridad

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AYUDA A LA IGLESIA QUE SUFRE ha publicado un informe relevante sobre el estado del cristianismo en el norte de Irak, “La vida después de ISIS: nuevos desafíos para el cristianismo en Irak”. El  estudio incluye los resultados de una serie de encuestas a la población cristiana e identifica los principales desafíos que enfrentan los cristianos iraquíes que regresaron a sus pueblos en las Llanuras de Nínive, después de huir de la región hacia Kurdistán, tras la invasión de ISIS en 2014.

Procesión cristiana en Qaraqosh
Procesión cristiana en Qaraqosh (padre Halemba, frente a la derecha)

El informe advierte que a menos que se tomen medidas urgentes, la comunidad cristiana de la región podría disminuir a 23.000 personas para 2024, solo el 20% de la población de las Llanuras de Nínive antes de que ISIS atacara en 2014. Esto haría que la comunidad cristiana pasara de la categoría de “vulnerable” a la categoría crítica de “en peligro de extinción”.

“La comunidad internacional debe tomar medidas inmediatas y decisivas para abordar los problemas que amenazan la continua presencia cristiana en Irak”, dijo Edward Clancy, director de Difusión de Ayuda a la Iglesia que Sufre – USA. “Es más importante que nunca que los líderes mundiales trabajen juntos para evitar que el número de cristianos siga disminuyendo en Irak”.

Según el informe, todos los cristianos que viven en la zona mencionan la falta de seguridad y el 87% indica que la sienten “mucho” o “notablemente”. Casi el 70% de los cristianos citan la actividad violenta de las milicias locales y la posibilidad de un regreso de ISIS como las principales razones de este temor; el 69% dice que esta es la razón principal por la que pueden emigrar.

Sobre todo, Shabak y la Brigada de Babilonia, las 2 principales milicias apoyadas por Irán que operan en las Llanuras de Nínive, son motivo de preocupación. Operan con el permiso del Gobierno iraquí porque ayudaron a derrotar a ISIS, pero el 24% de los encuestados dice que “su familia ha sido afectada negativamente por una milicia u otro grupo hostil”. “El acoso y la intimidación, a menudo relacionados con demandas de dinero” son las formas más comunes de hostilidad reportadas.

La iglesia de San Kiryakos, en Batnaya
La iglesia de San Kiryakos, en Batnaya

Además de las preocupaciones por la seguridad, los cristianos señalan el desempleo (70%), la corrupción financiera y administrativa (51%) y la discriminación religiosa (39%) a nivel social como los principales desafíos que siguen impulsando a los cristianos hacia la emigración.

El informe de Ayuda a la Iglesia que Sufre encontró que el 57% de los cristianos de la región dijeron que habían considerado emigrar. Entre ellos, el 55% respondió que esperan salir de Irak en el 2024.

“El informe no es pesimista, pero es una clara advertencia porque sin una acción política concertada e inmediata la presencia de los cristianos en la región de las Llanuras de Nínive y sus alrededores será eliminada”, acusó el padre Andrzej Halemba, que supervisa los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre en Medio Oriente.

Señalando el trabajo que Ayuda a la Iglesia que Sufre ha llevado a cabo para reconstruir las comunidades destruidas, el padre Halemba dijo: “Actualmente, el 36,2% de los cristianos [desplazados] han regresado”. Ayuda a la Iglesia que Sufre ayudó a restaurar 2.860 hogares cristianos dañados o destruidos en 6 ciudades y pueblos de las Llanuras de Nínive.

Los planes de reconstrucción de Ayuda a la Iglesia que Sufre han entrado en una nueva fase, con el objetivo de reconstruir la infraestructura de las instalaciones gestionadas por la Iglesia. De las 363 iglesias y edificios administrados por la Iglesia que deben ser reconstruidos o reparados, 34 fueron destruidos, 132 sufrieron daños por incendio y 197 están parcialmente dañados; el 87% de todas las estructuras proporcionan apoyo a la comunidad en general. Entre ellas, figuran instalaciones educativas, orfanatos, residencias, clínicas y alojamientos para el personal, por ejemplo, religiosas que ejercen de maestras, enfermeras, etc.

A pesar de los progresos realizados, los resultados de la encuesta son preocupantes. “El panorama es inevitablemente sombrío porque los cristianos sienten que han llegado a un punto de inflexión en cuanto a la viabilidad de su presencia en la región”, dijo el padre Halemba. “Existen estrategias, planes e iniciativas de contención que no solo son factibles sino sostenibles si se cuenta con la cooperación regional, nacional e internacional. Por muchas y variadas que sean estas estrategias, lo que todas tienen en común es la urgencia”, dijo el padre.

Además de las medidas de ayuda al desarrollo económico, pidió “la presencia de una representación permanente de los cristianos en el Gobierno nacional y local para garantizar la defensa de sus derechos humanos fundamentales, especialmente el derecho a la igualdad de ciudadanía”, lo cual no es el caso hoy en día. “Por nuestra parte, haremos todo lo que esté a nuestro alcance. Nunca las futuras generaciones dirán de nosotros: Hiciste demasiado poco, demasiado tarde“, dijo el padre Halemba.

Desde 2014 hasta finales de 2019, los benefactores de Ayuda a la Iglesia que Sufre proporcionaron cerca de 53 millones de dólares para mantener la presencia cristiana en Irak y en particular en las Llanuras de Nínive.

Life after ISIS

Haz clic aquí para acceder al Informe sobre el cristianismo en el norte de Irak

—María Lozano