En Mozambique, los insurgentes hacen una guerra oculta por la “ley del silencio”

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EL PAPA FRANCISCO ha sido una de las pocas figuras internacionales que ha hablado públicamente sobre la violencia terrorista en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, una historia que en gran parte no se informa. Ayuda a la Iglesia que Sufre habló recientemente con el obispo Luiz Fernando Lisboa de la Diócesis de Pemba, que se encuentra en esta región, para saber más sobre la situación.

Hace unas semanas, nos enteramos de los ataques a la ciudad de Mocímboa da Praia, en el norte de su diócesis. ¿Cuál es la situación allí en este momento?

En los últimos meses no solo Mocímboa da Praia, sino también Quissanga y Muidumbe han sido atacadas. En Mocímboa da Praia, la situación está bajo control, pero lamentablemente hubo muchos saqueos. Durante los ataques muchas personas huyeron del pueblo y se refugiaron en el bosque. Algunos desalmados sin corazón se aprovecharon de la situación y muchas casas fueron saqueadas; robaron comida, ropa y otras pertenencias. La semana pasada [20 de abril] uno de estos ladrones fue capturado y linchado por la gente. Desafortunadamente, todo este clima de terror ha terminado generando inseguridad y ha aumentado el crimen.

Obispo Lisboa

Usted mencionó Muidumbe; este fue, de hecho, el distrito donde ocurrió el más reciente asalto, el Viernes Santo del 10 de abril, cuando los terroristas atacaron la misión católica en la ciudad de Muambula. ¿Qué puede decirnos sobre este ataque?

En el distrito de Muidumbe, 7 pequeños pueblos fueron atacados durante los días de Semana Santa, incluyendo Muambula, en Nangololo, donde la misión católica del Sagrado Corazón de Jesús fue asaltada. Atacaron la iglesia y quemaron los bancos y una estatua de Nuestra Señora, hecha de ébano. También destruyeron una imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Afortunadamente, no pudieron quemar el edificio en sí.

¿Fue este el primer ataque a una iglesia?

No, ya habían atacado y quemado 5 o 6 capillas locales. También quemaron algunas mezquitas, aunque parece que las iglesias cristianas son el objetivo. Lo trágico para nosotros es que esta misión en Nangololo tiene casi 100 años y es la segunda misión más importante de la diócesis. Por lo tanto, fue un ataque muy trágico en lo que simboliza.

¿Es cierto que hubo una masacre en una de las ciudades de Muidumbe?
Sí, el 7 de abril, en Xitaxi. Para nuestra inmensa tristeza, 52 jóvenes que se negaron a unirse a los insurgentes fueron asesinados. Para nosotros, son verdaderos mártires de la paz porque no aceptaron formar parte en la violencia, en la guerra, y esa es la razón por la que los mataron.

¿Cuántos ataques ha habido, que usted sepa, desde principios de 2020?

No sé exactamente cuántos ataques ha habido en total. Pero, como dije, solo en esta última oleada atacaron 7 ciudades y pueblos. Un boletín informativo habla de 26 ataques en lo que va del año. Pero, a decir verdad, creo que la cifra real ha sido mayor.

Estos ataques terroristas han aumentado desde 2017 y Mozambique ha pasado de ser un lugar seguro a figurar en las listas de embajadas extranjeras como un lugar de peligro potencial. ¿Cómo es que Mozambique se ha convertido en un teatro del terrorismo islámico? ¿Qué están tratando de lograr los atacantes?

Este cambio de percepción del país se debe a los ataques en Cabo Delgado. Aquí en el norte, y también en el centro del país, se han producido ataques al transporte público, lo que crea una clara sensación de inseguridad. Sin embargo, no diría que Mozambique es un teatro del terror islámico. Los últimos ataques han sido, aparentemente, reclamados por el Estado Islámico, pero todavía hay dudas al respecto. Algunas personas dicen que es un pequeño grupo local que comenzó y está usando el nombre de Estado Islámico, mientras que otros dicen que realmente es el Estado Islámico. No lo sabemos con certeza. Igualmente, no sabemos qué hay detrás de todo esto, pero imaginamos que tiene que ver con los recursos naturales. Hay muchos intereses financieros y los que patrocinan todo esto están encontrando un terreno fértil debido a la pobreza, la falta de oportunidades y el consiguiente desempleo juvenil. Cabo Delgado siempre ha sido una provincia muy pobre, descuidada por todos, incluso por las autoridades. Lo que estamos viendo es el resultado de todos estos factores.

Pero los autores de estos actos de terror son los mismos en todos los casos, ¿no es así? ¿De dónde vienen?

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, Nangololo, Mozambique (ACN/Leonardo Martins)

Una vez más, no sabemos exactamente quiénes son los agentes detrás de estas acciones. Inicialmente, solo atacaban una sola localidad, pero recientemente han llevado a cabo varios ataques al mismo tiempo, al menos en 2 lugares a la vez. Tampoco sabemos de dónde vienen, aunque muchos informes indican que mientras que algunos de ellos son mozambiqueños, el resto son de Tanzania y otros países.

Pero, ¿cómo operan? ¿Hay alguna zona en particular bajo control terrorista, o atacan y luego se retiran de nuevo?

No sé si podemos decir que hay una zona bajo el control de los terroristas, pero ciertamente hay una región en la que son más activos. La gente de las aldeas más cercanas a esta zona se ha visto obligada a abandonar sus hogares y no pueden regresar, porque los terroristas van de allí a otros lugares y luego regresan.

¿Hay también una dimensión religiosa en estos ataques?
Es difícil de decir. Desde que comenzaron, las principales autoridades musulmanas de Cabo Delgado y de todo el país se han distanciado de los atentados y han dicho que no tienen nada que ver con todo esto. Hace unos días, publicaron otra carta, la segunda, distanciándose nuevamente de estos grupos. En la declaración insisten en que el islam es una religión de paz y entendimiento entre los pueblos y las religiones. No quieren violencia.

No podemos decir que estos ataques fueron llevados a cabo por grupos religiosos. Tanto en Cabo Delgado como en el resto de Mozambique nunca hemos tenido problemas entre nuestras religiones o entre sus líderes. Hemos realizado muchas actividades conjuntas: oraciones, declaraciones y marchas por la paz.

¿Están en peligro los sacerdotes y religiosos de la región?

Tenemos sacerdotes y religiosos, hombres y mujeres en toda esta región donde se están produciendo los ataques. Personal oficial del gobierno, como maestros y trabajadores de la salud, han dejado los distritos afectados porque los terroristas han atacado edificios públicos. Una gran parte de la población ha huido por miedo. Y varias ONG extranjeras que operaban en el territorio también se han ido porque estaban siendo amenazadas. Pedí a los misioneros que se fueran porque, como su obispo diocesano, soy responsable de ellos y el riesgo de ataques era inminente, ya que eran los únicos que se habían quedado. Comenzaban a atacar iglesias, y la violencia estaba tomando una dimensión religiosa. Tengo que mantenerlos a salvo, aunque ellos quieren volver tan pronto como puedan para servir al pueblo.

¿Qué está haciendo el Gobierno central para aliviar la situación?

El gobierno central ha reforzado sus defensas y ha enviado refuerzos. Está haciendo su parte; no sé si no podría hacer más, pero está aquí para proporcionar una defensa. Sin embargo, hay muchos jóvenes en el ejército que son meros reclutas, y cuando se producen los ataques hay muchas deserciones y huyen al bosque con la gente. Tienen muy poco entrenamiento y poca capacidad para hacer frente a esta situación. Siento una pena terrible por los jóvenes que tienen que ir a luchar, porque muchos de ellos ya han perdido la vida.

El Papa Francisco habló de Mozambique durante su Misa de Pascua; es una de las pocas voces que ha roto el silencio sobre la situación.

Sí, el domingo de Pascua, después de celebrar la Eucaristía y de dar la Bendición Urbi et Orbi, el Santo Padre habló de la situación que el mundo está afrontando, de la pandemia y de los diversos conflictos. Para nosotros significó mucho que se refiriera a la crisis humanitaria de Cabo Delgado, porque hay cierta “ley de silencio” que la rodea.

¿Qué quiere decir precisamente con “ley del silencio”?

La situación es muy grave, porque no podemos hablar de ello abiertamente. Algunos periodistas del país han sido arrestados, y a muchos de ellos les han confiscado sus cámaras. Hay un periodista de la Radio Comunitaria de Palma, Ibraimo Abu Mbaruco, que está desaparecido desde el 7 de abril. Es importante saber lo que está sucediendo y es importante que las organizaciones internacionales, como la ONU, la Unión Europea y la Unión Africana, hagan algo al respecto. La gente aquí ha sufrido mucho, ha habido cientos de muertes, miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. En nuestra provincia, hay más de 200.000 refugiados. Es una injusticia que clama al cielo. La gente de aquí tiene muy poco, y lo poco que tienen lo están perdiendo a causa de esta guerra. Hago un llamamiento a la ayuda y la solidaridad para mi pueblo, para que pueda vivir en paz.

—Maria Lozano