Mozambique: terroristas atacan aldeas cristianas

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UN RECIENTE ATAQUE A DOS ALDEAS CRISTIANAS EN EL NORTE DE MOZAMBIQUE DEJÓ DOS PERSONAS MUERTAS y cuatro heridas, causando malestar entre la población local. Muchos están abandonando sus hogares en busca de seguridad.

El ataque tuvo lugar el 30 de diciembre y ha sido reivindicado por la rama mozambiqueña del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) desde hace más de cinco años.

En mensajes publicados en sus cuentas de las redes sociales, el grupo terrorista afirma que atacó a “una comunidad cristiana”, enfrentándose a las “milicias cristianas” locales y obligándolas a huir, al tiempo que capturaba y ejecutaba a uno de sus comandantes en el proceso. Los terroristas publicaron fotografías de las casas quemadas de la aldea de Namade, en la provincia de Cabo Delgado.

Debido a la incapacidad de las Fuerzas Armadas mozambiqueñas para patrullar toda la región amenazada por los insurgentes, muchas poblaciones locales han formado sus propios grupos de defensa, a menudo compuestos por veteranos de la guerra civil que Mozambique sufrió durante décadas.

Estos hechos los confirma un misionero local, el Hermano Boaventura, del Instituto de la Fraternidad de los Pobres de Jesús, que trabaja en la región. “Atacaron y quemaron casas, y hubo una lucha contra los lugareños que están armados”, dijo el misionero.

Sin embargo, no cree que la milicia local pueda etiquetarse como específicamente cristiana. “Muidumbe y sus alrededores son muy cristianos, por lo que podemos suponer que la mayoría de los habitantes eran cristianos, pero no se puede decir que las milicias cristianas estuvieran implicadas. Se trata de fuerzas locales compuestas por todo tipo de personas, pueden ser católicas o no, cristianas o no, practicantes o no”, explica el Hermano Boaventura.

Desplazados internos en el norte de Mozambique

Los ataques provocaron una oleada de refugiados en la región, que se sumó a una situación humanitaria ya preocupante, agravada por la llegada de la temporada de lluvias. En muchos casos, familias enteras están huyendo, “bajo un tiempo lluvioso, con carreteras y accesos difíciles, en pueblos donde la vida casi había vuelto a la normalidad. Esto ha devuelto el miedo a la población”, explicó el Hermano.

La insurgencia en el norte de Mozambique comenzó en octubre de 2017, con ataques en la provincia de Cabo Delgado por parte de lo que resultó ser una milicia islamista, ahora vinculada al Estado Islámico.

Con el paso de los años, los militares mozambiqueños han sido incapaces de frenar la violencia y la insurgencia se ha extendido incluso más al sur, a la provincia de Nampula, donde el año pasado una monja italiana fue asesinada por los yihadistas.

La violencia ha causado cerca de 4.000 muertos y alrededor de un millón de desplazados, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La Iglesia ha venido advirtiendo que la crisis necesita algo más que una solución exclusivamente militar, afirmando que la pobreza endémica y la falta de educación son gran parte del problema.

—Paulo Aido