A la luz de la temporada de Pascua en Nigeria, un sacerdote reflexiona sobre el ataque mortal de los fulani

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EN LOS DOS PRIMEROS MESES DE 2020, los pastores fulani mataron a 350 cristianos en Nigeria, según una investigación de la Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho, con sede en ese mismo país. El grupo de defensa de los derechos humanos International Committee on Nigeria, con sede en los Estados Unidos, ha informado de que los pastores extremistas fulani (tradicionalmente musulmanes) son responsables de 17.000 muertes entre 2015 y 2020, siendo la gran mayoría de las víctimas agricultores cristianos de la región del Cinturón Medio del país. A diferencia de Boko Haram, que también sigue activa en el país con el objetivo de crear un califato, “los militantes fulani tienen objetivos muy puntuales, principalmente el de un mejor acceso a las praderas para su ganado”, según el Índice de Terrorismo Mundial. Los conflictos por el territorio han adquirido un carácter étnico y religioso, ya que los agricultores a los que les han robado sus tierras son en su mayoría cristianos.

Las matanzas por parte de los pastores fulani han continuado a ritmo acelerado en marzo y abril. Este es un resumen de los incidentes que publicaron los medios de comunicación con sede en Nigeria: el 5 de marzo, 4 cristianos fueron asesinados en el Estado de Benue; el 13 y el 14 de marzo 7 murieron en ataques en el Estado de Plateau; el 26 y el 31 de marzo fueron asesinados 9 cristianos en el Estado de Kaduna; el 1 y el 2 de abril, 7 agricultores fueron asesinados en el Estado de Plateau; 3 cristianos fueron asesinados en el Estado de Ondo, el 4 de abril; 1 agricultor cristiano fue asesinado el 11 de abril en el Estado de Plateau; el 13 de abril, en el Estado de Benue, 2 cristianos fueron decapitados y el 14 de abril, en el Estado de Plateau, 9 cristianos fueron asesinados, incluidos 6 niños y 1 mujer embarazada.

El padre Samuel Aseer Aluga, ahora párroco de la Iglesia de San Agustín en la Diócesis de Lafia, Estado de Nasarawa, se enfrentó a un ataque de pastores fulani a principios del año pasado. Cuenta su experiencia a Ayuda a la Iglesia que Sufre y reflexiona sobre la persecución de los cristianos en Nigeria, a la luz de la temporada de Pascua:

Padre Aluga

“Ocurrió el 1 de enero de 2019, cuando estaba sirviendo en la Iglesia de San Juan Bautista en Keana, Estado de Nasarawa. Eran las 5:30 am y las integrantes de la Organización de Mujeres Católicas se habían reunido en la iglesia para observar la Solemnidad de María, Madre de Dios. Las mujeres cantaban y bailaban, cuando los feligreses de la Parroquia de San Juan entraron en la iglesia con sus pertenencias. Dijeron que los fulani habían estado matando cristianos en la estación”. 

“La gente gritaba pidiendo ayuda, pero la policía dijo que no tenían suficiente personal para enfrentar el número de atacantes. También dijeron que carecían del tipo de armas sofisticadas que los asaltantes estaban usando. Al final, los fulani saquearon muchos sitios y una parroquia fue cerrada. Mis feligreses y yo nos convertimos en desplazados internos. Algunas de las familias que no pudieron regresar a sus hogares siguen a mi cargo. Alquilé un lugar para ellos”.

“Ese día, 15 feligreses fueron brutalmente masacrados. Esto sucedió el día de Año Nuevo cuando estábamos honrando a nuestra Madre María. Me sentí defraudado y me pregunté si Dios estaba de nuestro lado. Me pregunté por qué había organizado una ocasión para honrar a la Madre de Dios y esto ocurría ese mismo día. Me pregunté dónde estaba Nuestra Madre que no podía intervenir, pero permitía que esta gente sufriera”.

Destruction in the parish of St. John the Baptist

“Un año más tarde, reflexionando sobre el continuo sufrimiento causado por los pastores fulani, Boko Haram e ISWAP, a la luz de la Pascua, podemos decir primero que el sufrimiento de tiempos pasados ha llegado a ser parte de los esfuerzos humanos. Esto es para hacer que la humanidad aprenda de sus fallas y vuelva a su Dios por misericordia”.

“Aunque sufrimos desde diferentes direcciones en este país, desde el terrorismo islámico, hasta el secuestro y el vandalismo armado, necesitamos ser un pueblo de esperanza. Volvamos a Dios nuestro Padre y recemos fervientemente para que intervenga”.

“Que ofrezcamos nuestros sufrimientos y penas a nuestro Señor y Maestro Jesús, que gritó en la cruz del Calvario con dolor y exhaló su Espíritu por nosotros. Él dijo en el Evangelio de San Juan: está terminado. Así también, un día, todas estas crisis y todo este terror terminarán. Todo lo que necesitamos hacer es mantener nuestra fe, esperando que esto también pase algún día”.

“La Pascua es un período especial en el que la Iglesia celebra anualmente el tránsito de Jesús, su paso del sufrimiento y la muerte a la gloria eterna resucitada. Nuestras experiencias humanas no deben impedir nuestra celebración de la alegría del Triduo en su plenitud”.

“Mientras continuamos luchando cada día, necesitamos ser un pueblo de esperanza, confiando en que el buen Señor que resucitó a Jesús de entre los muertos intervendrá en nuestra situación y traerá alegría y paz duraderas; nos llamará a nuestro propio transitus, nuestro propio paso de la muerte a la vida”.

—Adie Vanessa Offiong