Niña cristiana de 14 años secuestrada durante el toque de queda por el COVID-19 en Pakistán, obligada a casarse con su captor y a renunciar a su fe

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UNA MADRE EN PAKISTÁN ha hablado de su angustia después de que un hombre la golpeara mientras el país estaba en cuarentena y secuestrara a su hija de 14 años, obligándola a casarse con él y a abandonar su fe cristiana por el islam.

El Tribunal de Magistrados de Faisalabad falló a favor de Mohamad Nakash, quien afirmó que la niña católica Maira Shahbaz tiene 19 años, a pesar de la evidencia presentada para demostrar que es 5 años menor, que incluye un certificado de nacimiento así como documentos oficiales de la Iglesia y de la Escuela.

Maira Shahbaz

La madre de Maira, Nighat, fue trasladada de urgencia al hospital de Faisalabad debido a la conmoción que sufrió después de que dos testigos, Parvaiz y Nadeem Masih, describieran cómo, alrededor de las 2 de la tarde del 28 de abril de 2020, el Sr. Nakash y dos cómplices, todos ellos armados, metieron a la niña de 14 años en un auto cerca de su casa, disparando al aire mientras se alejaban.

En declaraciones con Ayuda a la Iglesia que Sufre, poco después de recibir el alta del hospital, Nighat dijo: “Ruego que nos devuelvan a mi hija. Tengo miedo de no volver a verla nunca más”.

Ayuda a la Iglesia que Sufre, que apoya a las personas acusadas de blasfemia en Pakistán y brinda asistencia legal, también habló con la hermana mayor de Maira, Saira, de 16 años, quien dijo: “Maira es todavía una niña y se han aprovechado de ella. Le encanta cantar y la extraño mucho”.

El abogado de la familia, Khalil Tahir Sandhu, dijo que el Sr. Nakash, que está casado y tiene dos hijos, se encontró con Maira ya que vive no muy lejos de su casa, cerca de Madina Town, donde trabaja como barbero. Sandhu también dijo que el Sr. Nakash presentó documentos falsos en la corte, que supuestamente demuestran que él y Maira se habían casado en octubre pasado cuando ella todavía tenía 13 años.

El abogado, un hombre católico que durante varios años en la universidad fue compañero de cuarto de Shahbaz Bhattidel, activista de los derechos de las minorías pakistaníes y ministro ya asesinado, dijo: “Las personas que le hacen este tipo de cosas a una niña como Maira no nos tratan como seres humanos, sino como animales”. Dijo, además, que durante la audiencia en la corte, el 5 de mayo, el magistrado de Faisalabad, Kamran Khalid, fue influenciado por 150 hombres que se reunieron allí para apoyar al Sr. Nakash.

El Sr. Sandhu dijo que apelaría el fallo, que llevaría el caso al Tribunal Superior de Lahore y, si fuera necesario, ante la Corte Suprema de Pakistán, que en octubre de 2018 anuló sorprendentemente el caso de Asia Bibi, la mujer cristiana condenada a muerte por blasfemia.

Ayuda a la Iglesia que Sufre también habló con Lala Robin Daniel, activista de los derechos humanos, amiga y vecina de Maira y su familia, quien dijo: “La familia Shahbaz es una de las más pobres de Madina Town. Lo poco que ganan es por su trabajo como limpiadores. El padre los ha abandonado, y en nuestra sociedad las familias cristianas pobres son muy vulnerables”. La familia explicó que Maira tuvo que dejar la escuela antes de tiempo porque ya no podían pagar las cuotas; en cambio, ella consiguió un trabajo.

Alrededor de 1.000 mujeres y niñas hindúes son secuestradas cada año en Pakistán, según el Movimiento para la Solidaridad y la Paz, una organización de derechos humanos del país.

Ayuda a la Iglesia que Sufre ha apoyado el caso de otra niña cristiana de 14 años, Huma Younus, que según su familia fue secuestrada en la casa de sus padres en Karachi, el pasado mes de octubre, por un hombre llamado Abdul Jabbar.

—John Pontifex