Nuevo obispo en Sudán del Sur: “Debemos volver a levantarnos y dar esperanza a la gente”

Compartir esta noticia:

EL 25 DE MARZO, EN LA CATEDRAL DE RUMBEK, SUDÁN DEL SUR, EL MISIONERO ITALIANO CHRISTIAN CARLASSARE FUE ORDENADO OBISPO de la Diócesis de Rumbek, un cargo que había estado vacante durante 10 años. En una entrevista concedida previamente a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), el obispo describió el ataque que sufrió en abril de 2021, en su residencia de Rumbek, y habló de la situación actual del país.
¿Cuál es la situación actual de Sudán del Sur?

Sudán del Sur es el país más joven del mundo. Se independizó de Sudán, pero la relación entre ambos países sigue siendo muy fuerte. Toda la experiencia política y administrativa proviene aún de la época en que eran un solo país. La Constitución sursudanesa se basa en la de Sudán. Asimismo, los asuntos económicos también están estrechamente relacionados con los de su vecino del norte. Esto significa que la estabilidad política en el sur requiere la estabilidad en el norte, y lo mismo ocurre con el desarrollo. Tras la independencia, y con algunas tensiones entre los dos gobiernos, Sudán del Sur sufrió el abandono, el aislamiento, el cierre de las fronteras y la imposibilidad de utilizar las rutas comerciales norte-sur. Esto fue un castigo para el país.

El reciente golpe de Estado y las protestas políticas en Sudán empeoraron esta situación, ¿no es así?
Mi experiencia con estos países africanos me ha demostrado que la estabilidad es muy frágil, y que hay que dar tiempo a las cosas, y no sacar conclusiones precipitadas sobre lo que está pasando. La inestabilidad no ayuda porque no podemos saber a dónde nos llevará. Naturalmente, la incertidumbre en Sudán y Etiopía, donde la situación es también muy delicada, no ayuda a que Sudán del Sur consiga la paz y la tranquilidad que espera, pero por supuesto cada país tiene que ser responsable de sí mismo. Nuestro país buscó la mediación de los estados regionales para su proceso de paz, pero ahora, con todos estos acontecimientos, tendrá que invertir más en sus esfuerzos de pacificación.

El obispo Carlassare (foto por cortesía de Deogratias Keeya)

¿Cómo afecta esta inestabilidad a la población cristiana?
Más de la mitad de la población de Sudán del Sur es cristiana, solo el 8% es musulmana. Otros grupos viven al margen y no se han acercado al Evangelio. Sin embargo, vivimos en un país en el que el cristianismo a menudo no es más que superficial; no ha echado raíces en la vida de la población.

 

 

La violencia debería estar lejos del cristianismo, pero está muy presente. Hay tanta gente que toma las armas y las utiliza para conseguir sus intereses y objetivos. Hay mucho trabajo por hacer. La población sufre por los conflictos, la inestabilidad, la pobreza endémica y la falta de servicios. La Iglesia sufre las mismas heridas que la población, como la pobreza y las cicatrices de la violencia. El ataque que sufrí fue una clara muestra de ello.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a Occidente?
Pediría a toda la comunidad internacional que mirara a África con la mente y el corazón abiertos, sabiendo que a menudo tiene una imagen negativa. Ven a África como un lugar donde no hay paz, solo hambre y peticiones de ayuda. Debemos mirar a África sabiendo que hay gente que espera una vida mejor, con mejores perspectivas. Tenemos que dar cabida a la positividad que hay en África, ayudando a sostener a los que trabajan con buena voluntad, a los gobiernos estables que se preocupan por los intereses de sus ciudadanos y a las economías que pueden funcionar mejor. El apoyo de Occidente es muy importante para sostener a estos jóvenes países y darles buenos ejemplos para que tomen decisiones responsables, por el bien común y no solo en beneficio de unos pocos. La cooperación con África debe centrarse en esta justicia y en estos pasos positivos.

Permanezcamos unidos en el amor que tenemos por este continente, África, que ciertamente tiene grandes dones que dar al mundo, y a una Europa envejecida y necesitada del vigor juvenil y la vida que África puede proporcionar.

—Raquel Martinalte