Reparación y mantenimiento de vehículos utilizados para el trabajo pastoral en Cuba
La isla caribeña de Cuba suele ser vista como un paraíso vacacional para los turistas extranjeros, pero la continua crisis económica del país está afectando gravemente a la vida diaria del pueblo cubano de a pie.
La Iglesia también sufre la difícil situación económica, pero sigue esforzándose por llevar esperanza y consuelo al pueblo. Hemos recibido una petición de ayuda de la Arquidiócesis de Camagüey, que se encuentra aproximadamente en el centro del país. Tiene una población total de más de 760.000 habitantes, de los cuales el 63% aproximadamente son católicos bautizados. La arquidiócesis tiene una superficie de algo más de 10.000 km2, por lo que los 28 sacerdotes, 37 religiosas y 16 diáconos permanentes que trabajan en ella tienen que recorrer distancias considerables para atender a los fieles católicos.
Los vehículos de que dispone la diócesis son todos bastante antiguos, el más viejo data de 1975 y la mayoría del resto de los años ochenta. El costo de importar vehículos nuevos lo hace imposible, por lo que la solución más común es mantener y reparar constantemente los vehículos viejos. Los costos de reparación y las piezas de recambio necesarias también pueden ser muy caros. Los vehículos fiables son esenciales para los sacerdotes y religiosos locales, que de otro modo no podrían desplazarse a las comunidades, a menudo remotas y aisladas, donde los fieles les esperan.
La arquidiócesis tiene su propio taller de mantenimiento para ayudar a minimizar los gastos, pero incluso así no siempre puede encontrar el dinero que necesita para todas las reparaciones necesarias, dados todos los demás gastos pastorales.
Hemos prometido ayudar a la diócesis durante los próximos tres años con una contribución de aproximadamente $42.100 dólares anuales para los gastos de mantenimiento, reparación y repuestos de estos vehículos. Si los sacerdotes y religiosos no tienen vehículos para llegar a la gente, muchos fieles católicos se quedarían esperando los sacramentos, la Buena Noticia del Evangelio y la ayuda práctica y el apoyo de los sacerdotes y religiosos de la diócesis.
¿Puedes dar para financiar los gastos de reparación y mantenimiento de los vehículos utilizados para la atención pastoral en Cuba?
Estamos seguros de que los sacerdotes y religiosos locales le recordarán con gratitud en sus oraciones mientras siguen trabajando para servir a los fieles.
Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir sus fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Los fondos donados a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se destinarán a las necesidades más urgentes de nuestros programas para ayudar a mantener viva la Fe.