Reparaciones urgentes para un presbiterio parroquial en Mozambique
Hoy, casi 30 años después de que Mozambique fuera devastado por una salvaje guerra civil que duró de 1977 a 1992, amplias zonas del país aún no se han recuperado de este sangriento conflicto. La devastación material sigue siendo generalizada, y las profundas cicatrices espirituales y psicológicas son todavía una realidad.
En el año 2000, a petición del arzobispo de Maputo una comunidad de misioneros de San Francisco de Sales, desde la India, llegó a este país al sur de África para trabajar en algunas de las regiones más afectadas, remotas y subdesarrolladas. Uno de sus objetivos era reconstruir las destrozadas infraestructuras de la Iglesia y, sobre todo, ayudar a curar las almas traumatizadas.
Los misioneros, que ahora dirigen ocho centros misioneros distintos, tuvieron que empezar desde cero. Durante los casi 30 años anteriores a su llegada, no había ninguna misión eclesiástica ni de evangelización. El régimen marxista en el poder era hostil a la Iglesia, y la fe y la moral estaban “por los suelos”, como cuentan los Padres.