Abuja (Nigeria) bajo ataques terroristas: El arzobispo denuncia la inseguridad y la desigualdad

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CON LOS ACTOS VIOLENTOS QUE TIENEN LUGAR EN ABUJA Y SUS ALREDEDORES, el arzobispo Ignatius Kaigama evalúa la situación como muy grave y acusa a los políticos de estar alejados del pueblo.

Una serie de atentados terroristas en la capital de Nigeria ha puesto en vilo a la población y ha llevado al país al borde del desastre, según el Arzobispo de Abuja, Mons. Ignatius Kaigama, que habló con Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).

Recientemente, los terroristas atacaron una prisión situada cerca del aeropuerto internacional —liberando a destacados miembros de Boko Haram— y un puesto de control militar a las afueras de la ciudad, matando a un número desconocido de soldados. “Más preocupante fue el ataque a las tropas de la 7ª Brigada de la Guardia, que proporciona seguridad a la Villa Presidencial y al Territorio de la Capital Federal”, éstas fueron emboscadas mientras patrullaban,
informó el arzobispo Kaigama.

“Abuja es la capital y debería ser el lugar más seguro. Aquí es donde vive el Presidente, no pensamos que pudieran ocurrir cosas en Abuja de esta manera. No estamos seguros de lo que puede pasar después, cuándo o de dónde pueden venir los atacantes, porque pueden hacer cualquier cosa. La situación es muy grave”.

“Esto está muy organizado, no es algo que ocurra por casualidad. Hace algunos años hubo atentados con bomba. Pero nunca ha habido una amenaza realmente seria, como la que estamos presenciando ahora”, advierte el arzobispo.

“El año que viene hay elecciones, y la gente quiere el poder, está haciendo todo lo posible”, subraya. El miedo y la frustración populares están a punto de estallar, dice el líder católico, y se ven agravados por el hecho de que los políticos no parecen dispuestos a hacer nada para remediar la situación. “Uno habría pensado que, como resultado del empeoramiento de la situación de seguridad, los senadores y los representantes en la Asamblea Nacional estarían buscando afanosamente soluciones a los problemas, pero en lugar de ello se dieron seis semanas de descanso. Después de los atentados se fueron, ¡apenas la semana pasada!”, explicó el arzobispo Kaigama.

Sin embargo, incluso cuando están presentes, el arzobispo se queja de que los políticos apenas son accesibles. “Reciben sus sueldos, sus privilegios, pero se preocupan menos por el bienestar general del pueblo. Desde que llegué a Abuja como arzobispo, he estado en casi todos los pueblos, pero cuando menciono los nombres, los políticos o los líderes políticos, la gente no parece conocerlos. Y uno se imagina que vendrían a preguntarte qué has averiguado, dónde has ido, qué has visto. Pero no. No están disponibles. Dicen que están ocupados. La gente sufre, pero los dirigentes simplemente se preocupan más por su bienestar personal y sus privilegios oficiales. Espero que las próximas elecciones sean libres, justas y transparentes, y que produzcan líderes desinteresados, orientados a la gente y capaces de un verdadero diálogo”, declaró el arzobispo a la ACN.

Cuando ACN le pregunta sobre la situación de los cristianos en el país y las acusaciones de que la persecución está aumentando, el arzobispo Kaigama responde con cautela. “No podemos generalizar diciendo simplemente que los cristianos son perseguidos, porque en el partido gobernante hay cristianos. Pero la persecución no consiste solo en matar a la gente con cuchillos, sino en manipular las cosas a favor de un grupo”.

“Hay una persecución sutil, que es aún más peligrosa. Se hace de tal manera que no se puede decir que estén matando realmente a los cristianos, no han expulsado a los cristianos, pero por la forma en que el Gobierno se desenvuelve puedes estar seguro de que los cristianos no son favorecidos. No hay igualdad. Somos un país que es más o menos 50-50 entre cristianos y musulmanes, por lo que debería haber una distribución equitativa de los recursos, de las oportunidades, y la gente debería sentirse incluida en puestos políticos, económicos o de seguridad sensibles”.

Un ejemplo claro es la reciente decisión del partido gobernante de desafiar las convenciones y elegir una candidatura musulmana-musulmana para las elecciones presidenciales del próximo año. El arzobispo Kaigama reacciona con incredulidad: “En todo el norte, ¿no han podido encontrar un cristiano cualificado para ser vicepresidente?”.

Aunque el arzobispo se muestra escéptico de que el partido en el poder permita que la votación de 2023 sea justa, la Iglesia ha estado animando a todo el mundo a registrarse y a intentar cambiar el país a través de las urnas. Lo peor que puede ocurrir, añade, es que el partido gobernante utilice la violencia y la inestabilidad como excusa para posponer las elecciones indefinidamente.

Arzobispo Kaigama

“Es importante que las elecciones se celebren. Estamos esperando las elecciones, y esperamos que sean creíbles, porque en el pasado han manipulado, pero nos han asegurado que los votos contarán, y por eso incluso en las iglesias estamos diciendo a la gente que se registre para votar. Yo lo he hecho y he pedido a todo el mundo que lo haga, y creo que los jóvenes están ansiosos. Están muy enfadados con lo que está pasando, y realmente quieren un cambio”.

En una situación así, el optimismo que caracteriza a los nigerianos se pone a prueba pero no muere. “Los nigerianos somos muy optimistas, siempre creemos que el día de mañana será mejor y que, pase lo que pase, nada va a destrozar a la nación. Sufrimos, pero al mismo tiempo sonreímos. Sufrimos y sonreímos, de lo contrario la vida es terrible.

—Filipe d’Avillez & Maria Lozano